La ciudad de Guayaquil se encuentra en alerta máxima debido a la preocupante aparición del fentanilo, una droga sintética extremadamente potente y económica que ha causado estragos en países como Estados Unidos. Los efectos devastadores de esta sustancia se están volviendo evidentes en la ciudad ecuatoriana, justo cuando las autoridades luchan por combatir el consumo de otras drogas que a menudo se combinan en peligrosos “cócteles”.
La alarma se encendió después de que cuatro individuos fueran ingresados a un hospital municipal con síntomas alarmantes que incluían intensos dolores en el cuerpo, ojos desorbitados, postura encorvada y desorientación total. Estos pacientes no respondieron a los tratamientos convencionales, lo que levantó las sospechas de que podrían haber consumido fentanilo, una sustancia 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina.
El director de Salud del Municipio, Juan Carlos González, señaló que estos individuos eran consumidores de “H”, una peligrosa mezcla de heroína con residuos de cemento, veneno para ratas y otras sustancias. La “H” se ha popularizado en la ciudad debido a su bajo costo (apenas 50 centavos de dólar) y su alto nivel de adicción. Sin embargo, la presencia del fentanilo en estas mezclas multiplica los riesgos para la salud.
La preocupación de los especialistas radica en que, junto con la “H”, se están reportando cada vez más casos de mezclas de drogas en la ciudad, lo que podría indicar la presencia del fentanilo en el mercado local. El tratamiento de pacientes que han consumido múltiples sustancias se vuelve más complejo y prolongado, lo que aumenta la carga sobre el sistema de salud.
En respuesta a esta situación, la dirección de salud de Guayaquil está tomando medidas para enfrentar esta emergencia. Se encuentra en proceso de adquisición de pruebas de detección de fentanilo y de naloxona, un medicamento utilizado en casos de sobredosis para prevenir paros cardiorrespiratorios. Las autoridades están decididas a abordar este creciente problema de salud pública y proteger a la comunidad de los peligrosos efectos del fentanilo y otras drogas sintéticas.
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