Una noche que seguramente quedará grabada en la memoria de los aficionados de Barcelona Sporting Club, el estadio Banco Pichincha fue testigo de un momento que trascendió la política y unió a dos figuras icónicas de Ecuador: Abdalá Bucaram y Jaime Nebot.
Ambos exlíderes políticos, que en su momento fueron rivales en la segunda vuelta presidencial de Ecuador en las elecciones de 1996, fueron invitados de honor en la ceremonia oficial en la que se anunció la adjudicación de los predios del estadio Banco Pichincha a Barcelona SC. La actual dirigencia del club recibió con alegría la transferencia de los terrenos que incluyen el estadio, las canchas de entrenamiento y el edificio de concentración.
El público, que llenó el palco del estadio, aplaudió entusiastamente la presencia de Bucaram y Nebot, quienes en su tiempo ejercieron roles destacados en la política ecuatoriana. La rivalidad que alguna vez los separó quedó de lado gracias al amor compartido por el “Ídolo del Astillero”.
Abdalá Bucaram, quien fue presidente de Barcelona SC en 1997, llegó con su característica personalidad, y a pesar de caminar con dificultad ayudado por un bastón, no pudo resistirse a gritar su famoso “¿y ahoraaaa?”, un gesto que fue recibido con cariño por los aficionados.
Jaime Nebot, también ovacionado, se unió al evento con calma y compartió el espacio junto a diversas figuras del mundo ‘torero’, incluido el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez.
El protocolo de la ceremonia se rompió al final, cuando Bucaram y Nebot fueron invitados al escenario. Las tensiones se disiparon gracias al público y a la emoción que significaba esta noticia para Barcelona SC. La complicidad entre ambos políticos y los aficionados fue evidente, y la risa de Nebot ante la escena de ambos juntos en la tarima fue un reflejo de la emoción compartida.
Con la firma de los documentos que oficializaban el nuevo patrimonio del club, las autoridades se preparaban para retirarse, pero Nebot esperó a Bucaram y estrechó su mano antes de partir, sellando un momento simbólico de unidad en torno a Barcelona SC.
La rivalidad política que alguna vez dividió a Bucaram y Nebot se desvaneció en el nombre del fútbol y la pasión por el “Ídolo del Astillero”. Este emocionante evento subraya una vez más el poder unificador del deporte y su capacidad para trascender las diferencias políticas y personales.
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