El presidente electo de Ecuador, Daniel Noboa, se enfrenta a un reto significativo en su próximo mandato, ya que deberá gobernar sin contar con una bancada legislativa fuerte que respalde sus iniciativas. La alianza ADN, que apoyó su candidatura, obtuvo 14 escaños en la nueva Asamblea Nacional, un número que queda muy lejos de los 70 votos necesarios para aprobar leyes y resoluciones, y aún más lejos de los 91 requeridos para la mayoría calificada.
Esta situación obligará al nuevo presidente a buscar alianzas y coaliciones legislativas, una tarea que el gobierno saliente de Guillermo Lasso no logró concretar en los últimos meses, lo que también fue un problema desde el inicio de su mandato.
El desafío para Daniel Noboa es aún mayor debido a que no es miembro de las fuerzas políticas que respaldaron su candidatura. La alianza ADN está compuesta por el movimiento Mover (anteriormente Alianza PAIS) y por Pueblo, Igualdad y Democracia, y muchos de los legisladores electos por ADN pertenecen a estos movimientos. Durante su campaña en primera y segunda vuelta, el presidente electo trató de posicionar ADN como una marca personal, y el movimiento ADN se encuentra en proceso de inscripción en el CNE.
Noboa se enfrenta a dos escenarios principales para llevar a cabo sus reformas legales y proyectos de gobierno que requieren aprobación legislativa. La primera opción sería cerrar un acuerdo con alguna fuerza política para obtener una mayoría sólida en la Asamblea Nacional. La segunda opción implicaría negociar ley por ley y gestionar mayorías móviles según el tema en cuestión. Para asegurar un acuerdo legislativo sólido, necesitaría al menos 70 votos, y dispone de tres opciones para estas alianzas: Revolución Ciudadana, Construye y el Partido Social Cristiano (PSC). Sin embargo, para lograr suficientes votos, necesitaría contar con al menos dos de estas bancadas.
El presidente electo Daniel Noboa se encuentra en una posición estratégica para establecer alianzas políticas que le permitan avanzar en su agenda gubernamental en la Asamblea Nacional, y su capacidad para forjar consensos será fundamental en los próximos años.