Un veredicto que ha sacudido la esfera judicial ecuatoriana, un Tribunal de la provincia de Manabí ha declarado culpable al exjuez Banny Molina del delito de prevaricato y lo ha condenado a tres años de prisión. La sentencia se basa en la controvertida decisión del exmagistrado de otorgar arresto domiciliario al exvicepresidente Jorge Glas, quien no se encontraba privado de su libertad en ese momento.
La resolución judicial fue emitida el miércoles 18 de octubre de 2023, y marca un nuevo capítulo en el caso que involucra al exvicepresidente Jorge Glas, condenado por corrupción en el denominado caso Odebrecht. Banny Molina, quien había sido juez de Garantías Penitenciarias en Portoviejo, se había destacado previamente al disponer el arresto domiciliario de Glas, una medida que generó una gran controversia en el país.
Esta no es la primera vez que Molina se ve involucrado en problemas legales. En mayo del mismo año, el exjuez fue declarado culpable del delito de usurpación y simulación de funciones públicas, y recibió una condena de un año de prisión. Estos eventos han puesto en tela de juicio su integridad y han cuestionado su capacidad para desempeñar su función judicial de manera ética y legal.
Además, el 22 de diciembre de 2023, el Consejo de la Judicatura tomó la decisión de destituir a Banny Molina, en vista de lo que consideraron “una infracción gravísima de error inexcusable en sus actuaciones”. La destitución pone fin a su carrera como juez y cierra un capítulo oscuro en su historial profesional.
La sentencia a tres años de prisión para Banny Molina por prevaricato envía un claro mensaje sobre la importancia de la ética y la legalidad en el sistema judicial ecuatoriano. El caso Glas-Molina ha sido un recordatorio de la necesidad de que los jueces actúen con imparcialidad y respeto por la ley, sin importar la notoriedad de los casos que enfrentan.