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DANIEL NOBOA TIENE RAÍCES AMBATEÑAS

Las conexiones familiares y las raíces en la ciudad ecuatoriana de Ambato tienen un papel destacado en la historia del presidente electo, Daniel Noboa. Su legado se remonta a su abuelo paterno, Luis Adolfo Noboa Naranjo, cuyo recuerdo es venerado en esta comunidad por su historia de superación y espíritu emprendedor.

El 1 de febrero de 1916, Ambato vio nacer a Luis Adolfo Noboa Naranjo, un hombre que se convertiría en uno de los empresarios más influyentes de Ecuador. Su padre, Luis Adolfo Noboa Ledesma, un guayaquileño, llegó a Ambato en 1910 cuando trabajaba como funcionario de la empresa de ferrocarriles del Estado.

En su tiempo en Ambato, Luis Adolfo conoció a la ambateña Zoila Matilde Naranjo, con quien formó una familia que incluyó a cuatro hijos. Sin embargo, su vida no estuvo exenta de desafíos, y la necesidad de mejorar sus condiciones de vida llevó a la familia a emigrar a Chile, donde lamentablemente Luis Adolfo padre falleció.

Ante las dificultades, la madre de Luis Adolfo, con la firme intención de brindar seguridad a sus cuatro hijos, regresó a Ecuador y se estableció en Guayaquil. Sin embargo, la vida en Guayaquil estuvo marcada por la escasez y numerosas necesidades.

La determinación y el espíritu emprendedor de Zoila Naranjo sobresalieron en tiempos difíciles. Vendió una de las tres libras esterlinas de oro que su esposo había ahorrado durante tiempos de bonanza por 800 sucre. Con este capital, comenzó a comercializar leche y, con el excedente, elaboraba rompope que distribuía en varios sectores de la ciudad.

Su visión emprendedora la llevó a establecer una colaboración con el propietario de una panadería, Rigoberto Verdesoto Yagual, quien accedió a hornear 100 ‘cholitos’ (pan integral), 100 panes de yuca y 100 panes de huevo, que luego se vendieron como “pan de Ambato.” Estos productos eran distribuidos por los mismos repartidores de leche que recorrían las calles de Guayaquil, manteniendo una apariencia pulcra y brindando un servicio ejemplar a sus clientes.

Zoila Naranjo no se detuvo ahí y buscó diversas formas de mantener a su familia. A pesar de sus esfuerzos, el dinero seguía siendo escaso. Esto llevó a Luis Adolfo a tomar la decisión de dejar la escuela a los 11 años y buscar empleo para ayudar con los gastos familiares.

El joven Luis Adolfo asumió una serie de trabajos, desde lustrabotas hasta vendedor ambulante de revistas, estampillas, anunciador de asaltos en las peleas de box y vendedor de paños de limpieza, entre otros. Sin embargo, su actitud positiva y su habilidad para abrirse paso en cualquier situación llamaron la atención de Juan Xavier Marcos Aguirre, heredero del Banco Sociedad General de Crédito y hijo del propietario, Juan Francisco Marcos Aguirre.

En 1928, a la edad de 12 años, Luis Adolfo impresionó a Juan Xavier con la calidad de los paños que vendía, lo que resultó en una oferta de empleo con un salario de 40 sucres al mes. A pesar de esta oportunidad, el joven Luis Adolfo inicialmente dudó, ya que no quería abandonar las calles donde se sentía libre y ganaba más dinero. Esta decisión marcó el inicio de una vida extraordinaria llena de éxitos y logros que lo convertirían en un destacado empresario y dejarían una profunda huella en su familia, incluido su nieto, el presidente electo Daniel Noboa.

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