Por los dieciseisavos de final de la Segunda Categoría del Fútbol ecuatoriano, el Olmedo cayó ante el Cimarrón Furia Verde (22 de julio) de Esmeraldas, quedando eliminado por lo que el Ciclón deberá esperar un año más en el fondo del balompié local.
El partido, que se disputó en casa del Olmedo, terminó con una victoria para el Cimarrón Furia Verde, dejando al Ciclón eliminado de la competición y sumido en la tristeza. Pero lo que más destacó en este encuentro no fue el desempeño en el campo, sino el triste episodio de violencia que se desató en el estadio.
Luego del silbatazo final, un grupo de hinchas enfurecidos ingresó al campo de juego y comenzó a agredir a los jugadores del equipo visitante. La escena se tornó caótica y se desencadenó una batalla campal que involucró a jugadores, hinchas, cuerpo técnico e incluso a la policía. Los futbolistas del Cimarrón Furia Verde, atónitos y asustados, intentaron huir hacia los vestuarios mientras eran blanco de los golpes y agresiones por parte de los aficionados que habían invadido el campo.
La situación se volvió aún más tensa cuando los agresores comenzaron a enfrentarse a las fuerzas de seguridad presentes en el estadio. Finalmente, los jugadores lograron refugiarse en los vestuarios, donde la policía pudo establecer el control y evitar que se produjeran daños mayores.
Este lamentable incidente es un recordatorio de la necesidad de promover el fair play y el respeto en el deporte. La violencia en el fútbol no solo pone en peligro la integridad de los jugadores y los aficionados, sino que también mancha la imagen del deporte y la pasión de los verdaderos amantes del fútbol. Las autoridades deportivas y la policía están investigando el incidente y se espera que se tomen medidas apropiadas contra los responsables de esta vergonzosa violencia en el estadio.