Callitxe Nzamwita, un hombre de 71 años de edad oriundo de Ruanda, ha llevado una vida notablemente reclusa durante las últimas cinco décadas debido a un trastorno conocido como ginefobia, que le provoca un intenso miedo hacia la presencia femenina en su vida.
Desde que tenía 16 años, Callitxe se ha mantenido encerrado en su residencia, rodeada de una barrera que él mismo construyó para evitar la cercanía de mujeres. Durante una reciente conversación, compartió su angustia: “La razón por la que me encerré aquí y tengo una valla en mi casa es porque quiero asegurarme de que las mujeres no se acerquen a mí.” Su temor hacia la interacción con mujeres es tan profundo que le impide llevar una vida normal.
A pesar de su miedo, son sus vecinas quienes han asumido la responsabilidad de cuidar de él. A lo largo de los años, han suministrado alimentos y otros productos necesarios a distancia, evitando cualquier contacto físico con él. Este acto de bondad y cuidado ha permitido a Callitxe mantener su aislamiento sin enfrentar dificultades extremas en su vida diaria.
Callitxe podría estar lidiando con lo que se conoce como ginefobia, una alteración psicológica caracterizada por un miedo desmesurado e irracional hacia el género femenino. Aunque la ginefobia no está formalmente reconocida en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), se categoriza clínicamente como una ‘fobia específica’.
Esta fobia desencadena una serie de síntomas en la persona afectada, más allá del temor irracional a las mujeres. Entre los síntomas más prominentes se incluyen la ansiedad al solo pensar en mujeres, episodios de pánico, presión en el pecho, sudoración excesiva, ritmo cardíaco acelerado y problemas para respirar. La ginefobia es una condición rara, pero con la ayuda adecuada de profesionales de la salud mental, es posible tratarla y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.