El movimiento político Revolución Ciudadana, liderado por figuras afines al expresidente Rafael Correa, ha emitido un comunicado en el que reitera su respaldo inquebrantable al exvicepresidente Jorge Glas, después de que este fuera señalado por su exasesora, Soledad Padilla, en medio de una controversia surgida a raíz de la filtración de audios.
Días después de que se hicieran públicos los polémicos audios que involucraban a Jorge Glas en un asunto de carácter personal, Revolución Ciudadana finalmente se pronunció oficialmente en torno al caso. En su comunicado, el movimiento político expresó su “total confianza en el comportamiento ético” de Glas, quien fuera vicepresidente del Ecuador durante la presidencia de Rafael Correa.
Las denuncias realizadas por Soledad Padilla en contra de Glas provocaron una agitación en el seno de Revolución Ciudadana, e incluso llevaron a la desafiliación del asambleísta Ferdinan Álvarez, actual pareja de Padilla. La filtración de los audios, ocurrida días atrás, generó una controversia pública que llevó a una serie de interrogantes sobre la conducta de Glas y las relaciones personales en juego.
Frente a las críticas que apuntan a un supuesto comportamiento machista del correísmo en relación con este caso, Revolución Ciudadana se defendió afirmando ser “defensores irrestrictos de los derechos de las mujeres”. Sin embargo, recalcaron que no están dispuestos a permitir que se distorsionen sus principios ni a aceptar intentos de extorsión. En el comunicado, el movimiento político hace referencia a la denuncia de Glas contra Álvarez y Padilla, quienes supuestamente le habrían solicitado USD 350,000 a cambio de no divulgar los mencionados audios de sus conversaciones.
Soledad Padilla, por su parte, también presentó una denuncia en contra de Jorge Glas por intimidación. En caso de que estas denuncias avancen en la justicia, Glas podría enfrentar consecuencias legales significativas, incluso la posibilidad de regresar a prisión. Revolución Ciudadana, en su comunicado, advierte sobre lo que considera una “arremetida mediática y judicial para perjudicar la honra y la libertad” de Jorge Glas.
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