El Vaticano emitió una declaración el 9 de noviembre de 2023 aclarando su postura sobre el bautismo de personas transgéneras en la Iglesia Católica. Según la declaración, las personas transexuales, incluso si han experimentado tratamientos hormonales o cirugías de reasignación de sexo, pueden ser bautizadas “como el resto de los fieles”. Sin embargo, esto está sujeto a ciertas condiciones.
La condición principal estipulada por la Iglesia Católica es que no se deben crear situaciones que generen “escándalo público o desorientación entre los fieles”. Esto implica que la participación de personas transexuales en ceremonias religiosas, como el bautismo o el desempeño como padrinos, debe llevarse a cabo de manera que no cause controversia ni confusión en la comunidad de creyentes.
El documento publicado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, firmado por el Papa y el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, responde a preguntas planteadas por el obispo de Santo Amaro, José Negri, con respecto a la participación de personas transexuales y homosexuales en ceremonias religiosas. La respuesta subraya que el sacramento del bautismo debe ser recibido con arrepentimiento por pecados graves para que la gracia santificadora se otorgue al sujeto, según la enseñanza de la Iglesia.
En cuanto a la posibilidad de que personas transgéneras sean padrinos o madrinas en ceremonias de bautismo, el documento establece que en “determinadas condiciones”, se puede admitir a un adulto transgénero que haya seguido tratamientos hormonales o cirugía de reasignación de sexo como padrino o madrina.
Con respecto a la pregunta sobre si una persona transgénera puede ser testigo en una boda, se enfatiza que no existe ninguna prohibición en la legislación canónica universal que lo impida.
El documento también aborda la cuestión de las parejas homosexuales y la posibilidad de que actúen como padrinos o madrinas en el bautismo. Según el derecho canónico, las personas que sean padrinos o madrinas deben vivir de acuerdo a la fe y al encargo que asumen. Sin embargo, se menciona que las parejas homosexuales que no solo cohabitan, sino que también tienen una relación estable y conocida por la comunidad, pueden ser consideradas en una categoría “diferente”.
La declaración finaliza reafirmando la visión de que el bautismo es la puerta que permite a Cristo establecerse en la persona y que la Iglesia no es una aduana, sino una casa paterna donde hay lugar para todos. Estas aclaraciones buscan proporcionar orientación en situaciones que pueden ser motivo de debate en la Iglesia Católica en un mundo en constante cambio.
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