Una terrible tragedia ha sacudido la ciudad de Guayaquil, Ecuador, con el asesinato de un niño de tan solo 13 años a manos de sicarios. El crimen tuvo lugar el 9 de noviembre en el barrio de Mapasingue Este, al norte de la ciudad, dejando a los habitantes de la zona consternados por la violencia que ha golpeado a la comunidad.
Los informes policiales indican que el joven adolescente fue raptado por al menos cuatro sicarios que se desplazaban a bordo de motocicletas mientras se encontraba en un local comercial. Posteriormente, los delincuentes trasladaron al niño a un lugar apartado del barrio, donde lo acribillaron a tiros de manera brutal. El cuerpo del menor fue abandonado en plena calzada, dejando una escena desgarradora.
La noticia del asesinato movilizó a la comunidad local, y la alerta ciudadana llevó a una rápida respuesta de la Policía. El coronel Cristián Rengifo, jefe policial del distrito Florida, informó que varios agentes motorizados se unieron a la búsqueda de los responsables, logrando localizar a dos individuos adultos que huían en una motocicleta por la vía a Daule. La captura de estos dos sospechosos se realizó en flagrancia, ya que testigos del sector los identificaron como los perpetradores del crimen. La Policía continúa sus esfuerzos para detener a los otros dos involucrados y recuperar el arma de fuego utilizada en el hecho.
Este trágico suceso ocurre tan solo tres días después de que dos adolescentes resultaran heridos en un episodio de violencia en una unidad educativa en Durán, en el vecino cantón de Guayas. La gravedad de la situación de violencia en la región ha llevado a la suspensión de clases presenciales en varias instituciones educativas, que han optado por regresar a la modalidad virtual. Guayaquil y Durán compiten lamentablemente en el “top 10” de las ciudades más violentas del mundo, un hecho que pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar la seguridad en la región.