Las asambleístas electas del correísmo han optado por guardar silencio y no emitir declaraciones sobre las acusaciones de acoso permanente hechas por Soledad Padilla contra Jorge Glas. La situación, que ha captado la atención pública, plantea interrogantes sobre el manejo que el movimiento político dará a las acusaciones y la postura que asumirán sus representantes.
Soledad Padilla ha acusado públicamente al exvicepresidente Jorge Glas de acoso permanente, generando un debate intenso en la esfera política ecuatoriana. Sin embargo, ante las acusaciones, las asambleístas electas del correísmo han preferido el silencio, evitando pronunciarse sobre el controvertido tema.
La ausencia de comentarios por parte de estas representantes políticas ha suscitado especulaciones y ha dejado a la opinión pública a la espera de conocer la posición oficial del correísmo frente a las acusaciones de Padilla. La decisión de las asambleístas de no abordar públicamente el tema podría tener implicaciones significativas en el panorama político, especialmente en un momento en el que la transparencia y la rendición de cuentas son temas de relevancia.
Mientras tanto, la sociedad ecuatoriana observa con atención cómo se desarrolla este episodio, en el que el silencio de las asambleístas del correísmo agrega un componente de intriga y especulación a la ya compleja trama política que envuelve las acusaciones de acoso contra el exvicepresidente Jorge Glas.