Guillermo Lasso, asegura que salió “por la puerta grande”, mientras se preparó para ceder el mandato a su sucesor, Daniel Noboa, quien completará el periodo 2021-2025.
En el patio del palacio presidencial de Carondelet, en Quito, Lasso destacó los logros de su gestión, presentando un documental y un libro que enfatizan sus principales hitos al frente del país. Afirmó su retiro “por la puerta de la democracia”, subrayando una transición que, para él, refleja un mandato cumplido.
Sin embargo, esta perspectiva contrasta con la visión de sus opositores políticos, quienes señalan una ola de violencia criminal que ha impactado al país. Expertos alertan que Ecuador podría cerrar el año con una de las tasas de homicidios más altas de Latinoamérica, llegando a aproximadamente 40 por cada 100,000 habitantes.
A pesar de las críticas, Lasso defiende su legado, enfatizando logros como la vacunación de 9 millones de personas contra la COVID-19 en sus primeros cien días de mandato y la reducción de la desnutrición crónica infantil en menores de dos años, disminuyendo del 23.6% al 20.1%.
Uno de los momentos más controvertidos de su presidencia fue la disolución de la Asamblea Nacional en mayo pasado, utilizando la herramienta constitucional de la ‘muerte cruzada’. Esta acción se tomó frente al bloqueo político del Legislativo, en un contexto donde enfrentaba un juicio político liderado por la oposición.
Lasso sostiene que deja un país mejor del que recibió, defendiendo la estabilidad democrática y sus decisiones controversiales como medidas necesarias en un escenario de obstáculos políticos.
La transición de poder, marcada por esta polarización en la evaluación del legado de Lasso, da paso a una nueva etapa en la que Daniel Noboa asume el desafío de guiar Ecuador en un contexto de expectativas y retos aún pendientes.