Luego de su reciente designación, el presidente Daniel Noboa ha otorgado a la vicepresidenta Verónica Abad una tarea singular y trascendental: convertirse en mediadora para promover la paz y mitigar la escalada de tensiones entre Israel y Palestina. Esta encomienda implica que Abad se traslade a la oficina de la embajada ecuatoriana en Tel Aviv para llevar a cabo esta función específica.
Esta decisión, comunicada a través de la Secretaría de Comunicación de la Presidencia (Segcom), representa un hito histórico y remarca el compromiso del Ecuador con la paz internacional, especialmente en una región marcada por conflictos prolongados. Hasta la asunción de sus funciones, se había previsto que la vicepresidenta se enfocaría en asuntos relacionados con migrantes ecuatorianos, la reunificación familiar y el fortalecimiento de relaciones con países del Caribe y África.
El cambio en el enfoque de las responsabilidades de la vicepresidenta ha generado especulaciones debido a una aparente distancia entre Abad y el presidente Noboa, evidenciada durante la campaña presidencial y posteriormente en sus movimientos tras la toma de posesión. Mientras Noboa se dirigió al Palacio de Carondelet para un almuerzo protocolario con 600 invitados, Abad optó por visitar el mercado Iñaquito, donde compartió un almuerzo con vendedores y trabajadores, siendo recibida con entusiasmo y participando en un evento artístico organizado en su honor.
Este nuevo enfoque en las responsabilidades de la vicepresidenta Abad marca un giro notable en su rol dentro del gobierno, convirtiéndola en una pieza clave para abordar un conflicto internacional crucial y subrayando el compromiso del Ecuador con la promoción de la paz mundial.