El traspaso de gobierno entre Guillermo Lasso y el nuevo presidente Daniel Noboa deja al descubierto una deuda significativa hacia el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), que supera los $10.000 millones. Esta cifra abarca la deuda de salud arrastrada desde el 2006 y la correspondiente al 40% para las pensiones, la cual no ha sido cumplida debidamente desde el 2012.
El panorama financiero se torna más complejo al constatar que en 2023, según la ejecución presupuestaria publicada por el Ministerio de Economía y Finanzas, el Estado dejó de pagar al IESS alrededor de $646 millones. Sin embargo, las cifras adeudadas no están del todo claras, ya que inicialmente se habían destinado $2.118 millones en el presupuesto general del Estado para el pago del 40% de pensiones al Seguro Social. Sin embargo, este monto se redujo a $1.981 millones en el recalculado.
De acuerdo con lo previsto para noviembre, se tenía planificado el pago de $1.474 millones (devengado), pero hasta el momento solo se han desembolsado efectivamente $832 millones, evidenciando un saldo pendiente de $646 millones por cancelar.
Esta situación deja al nuevo Gobierno ante un desafío complejo en el ámbito de la Seguridad Social. La herencia de una deuda tan significativa plantea la necesidad de estrategias claras y acciones inmediatas para abordar esta problemática y garantizar la estabilidad financiera del IESS, vital para el bienestar de los ciudadanos ecuatorianos.