El esperado concierto del ícono de la bachata, Romeo Santos, en Cuenca el pasado jueves 30 de noviembre, se vio empañado por la aglomeración de fanáticos, generando un caos en el estadio Alejandro Serrano Aguilar.
A pesar de haber reunido a alrededor de siete mil personas dentro del recinto, fuera del estadio se congregaron cerca de dos mil seguidores ansiosos por disfrutar del espectáculo desde las calles. La situación se complicó aún más con la difusión de videos en redes sociales que mostraban a individuos escalando las paredes del estadio en un intento por ingresar ilegalmente al concierto.
Según los organizadores, las entradas para las secciones ‘General’ (USD 45,00) y ‘Preferencia’ (USD 60,00) se agotaron rápidamente, dejando disponibles únicamente las ubicaciones de precios más altos, como ‘Tribuna’ (USD 80,00), ‘Palco’ y ‘Cancha’ (USD 100,00) y ‘Romeo Box’ (USD 180,00).
El descontrol en torno al evento ha generado debate sobre la gestión de la seguridad y la venta de entradas, planteando interrogantes sobre cómo manejar la demanda y garantizar la experiencia segura para los fanáticos en eventos de gran magnitud.