El presidente ultraderechista Javier Milei ha desatado una polémica al iniciar el desmantelamiento de leyes y regulaciones estatales en Argentina. En un movimiento sorprendente, Milei presentó un decreto que deroga múltiples leyes, elimina controles estatales y abre la puerta a la privatización de empresas públicas, incluida la petrolera YPF.
El decreto, que contiene alrededor de 300 reformas, fue presentado en un discurso televisado de 15 minutos. Entre las modificaciones más significativas se encuentra la derogación de leyes que garantizaban el abastecimiento interno de alimentos, la señalización de precios bajos en supermercados, y la promoción industrial en zonas desfavorecidas. También habilita la venta de tierras a extranjeros sin límites y permite operaciones en dólares sin restricciones.
Estas reformas impactarán el sistema de salud, permitiendo a los seguros privados fijar precios libremente y flexibilizando el marco regulatorio de los seguros vinculados a sindicatos. Además, se establecerá la receta médica electrónica para agilizar procesos y reducir costos.
El presidente, respaldado por un alto porcentaje de votos en las elecciones, desafía a los legisladores a apoyar este cambio radical que, según él, la gente respaldó con su voto. Sin embargo, estas reformas han desencadenado protestas en todo el país. Miles de personas se han manifestado, expresando su rechazo a las medidas, utilizando cacerolas y marchando hacia el Congreso.
Las críticas más severas han llegado desde la oposición, con figuras como el gobernador bonaerense Axel Kicillof, quien ha acusado a Milei de intentar “privatizar todo, destruir derechos de los trabajadores y socavar sectores productivos”. La izquierda ha llamado a los sindicatos a convocar una huelga general en respuesta a estos cambios.
El Congreso puede rechazar el decreto presidencial si logra el voto mayoritario en ambas cámaras. Mientras tanto, las nuevas normativas están vigentes, generando incertidumbre y fuertes divisiones en la sociedad argentina.