30 migrantes fueron rescatados tras el naufragio de una embarcación artesanal. Entre los supervivientes se encontraban cuatro migrantes ecuatorianos, pero el incidente cobró la vida de dos ciudadanos venezolanos, incluida una niña de cuatro años.
El fatídico viaje iniciado desde San Andrés, Colombia, hacia Nicaragua se tornó trágico a aproximadamente nueve kilómetros al sureste de la isla “Corn Island” en la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur del país centroamericano.
La ruta marítima entre San Andrés y Nicaragua ha ganado popularidad entre migrantes en su trayecto hacia Norteamérica, evitando así la peligrosa travesía por la selva del Darién, frontera natural entre Panamá y Colombia, infestada de riesgos naturales y actividades delictivas.
La Fuerza Naval desplegó labores de búsqueda y rescate, logrando recuperar a 30 personas y lamentablemente encontrando los cuerpos sin vida de dos personas, víctimas del incidente por sumersión. Las autoridades nicaragüenses mantuvieron comunicación con la Armada de Colombia para coordinar el apoyo en las tareas de rescate desde sus aguas.
Las estadísticas revelan la magnitud de esta crisis migratoria: solo en el mar Caribe, las autoridades colombianas han rescatado a 392 migrantes indocumentados hasta el mes pasado, incluyendo a 89 menores, en su intento por llegar a Estados Unidos.
La selva del Darién, con más de medio millón de migrantes atravesándola este año, sigue siendo la ruta migratoria más transitada. Entre ellos, se cuentan 100,000 menores de edad, resaltando la urgencia de la crisis migratoria en la región. La mayoría provienen de Venezuela (326,589), seguidos por ecuatorianos (56,328) y haitianos (45,628), buscando mejorar sus condiciones de vida principalmente en EE.UU. aunque también en Canadá.