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Habitantes de Siete Comunidades en Echeandía Cruzan una Quebrada en una Olla como Único Medio de Transporte

El invierno ha golpeado con fuerza a los habitantes de Echeandía, provincia de Bolívar. En el centro de la ciudad, más de 20 viviendas están en riesgo de colapsar al estar ubicadas junto al malecón por donde atraviesa el río Soloma. Mientras tanto, en la zona rural, los agricultores de siete comunidades de la parroquia El Camarón enfrentan la falta de caminos vecinales, teniendo que ingeniar formas de llevar sus productos al mercado. Desde finales de enero, su medio de transporte principal es una olla de 400 litros.

Esta olla se ha convertido en la esperanza para más de 1,000 habitantes de las comunidades de Carimara, Cruz Loma, La Pradera, Guarumal, San Miguel de Cañitas, Las Cañitas y Selva Alegre. Fue construida en una minga, con la donación de 120 metros de cable y la olla por parte de Edwin Túqueres, dueño de una fábrica de lácteos.

Los comuneros construyeron una tarabita de manera artesanal para transportar la olla. A pesar de los riesgos, deben usarla para llevar sus productos al mercado, ya que no tienen otras opciones viables. En estas seis comunidades, producen cada día 1,500 litros de leche, así como naranjilla, naranjas, yuca, verde, maíz y otros productos de la Costa.

Sin embargo, han enfrentado obstáculos al hablar con las autoridades de Echeandía, quienes les han indicado que no pueden hacer nada por el peligro que representa introducir maquinaria al lugar y que deben esperar hasta el verano. Esto deja a los habitantes sin otra opción que seguir enfrentando el peligro en la olla-tarabita y con la preocupación de no poder trasladar a tiempo a los enfermos a una casa de salud.

Para aliviar la carga del transporte de productos, cada domingo, una ranchera espera cerca del sitio donde está la tarabita para ayudar en el traslado. Sin embargo, durante el resto de la semana, desde hace dos meses, les ha tocado ir a pie hasta Camarones, cuya distancia es de más de una hora.

El alcalde Marco Viscarra destaca que el cantón ha sufrido graves afectaciones desde 2023, empeoradas por las lluvias de este año. Aunque han presentado un plan de contingencia, aún esperan los recursos necesarios para abordar la emergencia. Mientras tanto, la Prefectura y la Municipalidad de Santo Domingo de los Tsáchilas están ayudando con maquinaria para despejar las vías bloqueadas por deslizamientos.

En el centro de la ciudad, se discute una medida para reubicar más de 10 locales comerciales que están en riesgo de colapso junto al río.

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