Se viralizó la imagen de una presunta monja arrastrando una maleta por las calles durante la noche, evocando escenas propias de una película de terror. Este incidente tuvo lugar en Chile, donde se descubrió un cuerpo altamente descompuesto dentro de una maleta, alertando a las autoridades gracias a la pronta acción de un reciclador.
Las investigaciones llevaron a identificar a las personas involucradas en este macabro hallazgo. Lorenza Ramírez, de 80 años, se encontraba en posesión del cuerpo sin vida de su amiga, posiblemente pareja romántica, Erica Fernández, de 60 años, durante casi un año en su domicilio. Ramírez confesó haber mantenido el cadáver de su amiga en su hogar durante este periodo.
El vínculo entre las dos mujeres se remonta a su encuentro en una parroquia, donde ofrecían servicios religiosos. A pesar de que ambas optaron por vestir hábitos azules y adoptar un estilo de vida similar al de las monjas, el arzobispado de Santiago aclaró que no estaban afiliadas a ninguna congregación oficial de la Iglesia Católica.
El motivo detrás de esta macabra situación parece ser un pacto entre las dos mujeres, quienes juraron permanecer juntas incluso después de la muerte. Este acuerdo incluía no denunciar la muerte de la otra en caso de que fallecieran primero.
Sin embargo, la situación se complicó cuando la hija de Ramírez regresó a vivir con ella, obligándola a deshacerse del cuerpo por temor a ser descubierta. Ante esta circunstancia, Ramírez decidió dejar la maleta en la vía pública para que fuera encontrada y así garantizar un entierro digno para su amiga.
Lorenza Ramírez fue imputada como autora de inhumación ilegal, pero quedó en libertad debido a su avanzada edad y su historial de conducta intachable. Las autoridades también ordenaron exámenes psiquiátricos para evaluar su estado mental, ya que se sugiere la posibilidad de trastornos psicológicos. Este espeluznante suceso ha generado un intenso debate en la sociedad chilena sobre la soledad, la amistad y los límites de la lealtad.