Las tensiones entre Israel e Irán alcanzan un nuevo nivel tras la confirmación por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) de que Irán lanzó vehículos aéreos no tripulados desde su territorio hacia el país hebreo.
Este suceso surge después de un ataque con misiles llevado a cabo por la aviación israelí el 1 de abril, el cual resultó en la destrucción del Consulado de Irán en Damasco. El ataque cobró la vida de 16 personas, entre ellas dos altos comandantes y cinco militares iraníes. Entre los fallecidos se encuentra el general Mohammad Reza Zahedi, alto comandante de las fuerzas Al Quds, rama élite del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Hoseiní Jameneí, ha respondido al ataque prometiendo que “los sionistas” se arrepentirán de sus acciones. Sin embargo, no ha revelado detalles sobre el momento ni los métodos que se emplearán en las represalias.
Este intercambio de hostilidades incrementa aún más las tensiones en una región ya volátil, donde las acciones militares y las amenazas retóricas amenazan con desencadenar un conflicto más amplio. La comunidad internacional observa con preocupación estos acontecimientos, instando a ambas partes a la contención y a la búsqueda de soluciones diplomáticas para evitar una escalada aún mayor en la región.