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¿QUÉ HACEN LOS CORREÍSTAS  QUE HUYEN DE LA JUSTICIA ECUATORIANA EN MÉXICO?

El escenario político en América Latina se ve influenciado por el fenómeno del asilo político, evidenciado en la reciente decisión del gobierno de Andrés Manuel López Obrador de otorgar refugio a nueve exiliados correístas, destacando así la importancia de México como refugio para figuras políticas perseguidas por la justicia de sus países de origen.

Entre los asilados se encuentran destacados miembros del movimiento correísta, como Ricardo Patiño, exministro del gobierno de Rafael Correa, quien recibió asilo político en México en octubre de 2019. Carlos Ochoa, exsuperintendente de Comunicación, también encontró refugio en México en agosto del mismo año, tras una breve estancia en Bolivia.

Otro caso notable es el de Sofía Espín, exlegisladora ecuatoriana, quien se refugió en Bolivia en 2018 y desde noviembre de 2019 reside en México. Espín, quien enfrentaba acusaciones por tráfico de influencias, vio archivado su caso recientemente.

El 14 de octubre de 2019, varios políticos correístas se refugiaron en la embajada de México en Quito, entre ellos Gabriela Rivadeneira y su esposo, Luis Flores; Soledad Buendía y su esposo, Edwin Jarrín; Carlos Viteri y su esposa, Tania Pauker, entre otros. Estas personas recibieron la confirmación del gobierno mexicano de que están bajo su protección.

Entre los primeros en buscar refugio en México se encuentran Rivadeneira, Buendía, Viteri y Jarrín, quienes dejaron Ecuador en 2019 tras violentas manifestaciones durante un paro nacional.

Además, México alberga a Ricardo Patiño, investigado por el delito de instigación en relación con protestas en 2019, y a dos condenados por el caso Sobornos, Viviana Bonilla y Walter Solís.

Estos casos de asilo político reflejan las tensiones políticas en Ecuador y plantean interrogantes sobre el futuro de estos exiliados en México, así como sobre el apoyo político que puedan recibir en sus países de origen.

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