En el ámbito legislativo ecuatoriano, la salida del correísmo ha generado un proceso de reconfiguración de fuerzas políticas, mientras se vislumbra la posibilidad de una nueva mayoría parlamentaria. Sin la influencia del correísmo, el oficialismo ha dirigido su atención hacia la Consulta Popular 2024, encontrando puntos en común con potenciales aliados en la conformación de una eventual nueva mayoría.
El respaldo al régimen y al SÍ en la consulta es evidente en el Partido Social Cristiano (PSC), que mantiene su apoyo al gobierno. Del mismo modo, el movimiento Construye se alinea con el SÍ en la consulta, al igual que una decena de independientes. “Siempre hemos buscado conversaciones porque eso es la democracia. Llegar a acuerdos que beneficien al país”, expresó Inés Alarcón, subcoordinadora de ADN.
En Construye, han manifestado su disposición a entablar diálogos mientras el correísmo no esté presente, abriendo así la posibilidad de colaboración con el oficialismo. “Se podría hablar de una nueva mayoría para trabajar por el pueblo ecuatoriano”, señaló Camilo Salinas, coordinador de Construye.
Los independientes muestran confianza en que, si lograron coincidir en el pasado, pueden volver a hacerlo en esta nueva etapa política.
Se ha mencionado la posibilidad de mayorías móviles, un concepto que también encuentra eco entre los miembros del oficialismo. Las bancadas se muestran cautelosas al hablar de una nueva mayoría en términos absolutos. Sin embargo, está claro para ellos que tanto en los objetivos del Gobierno como en la agenda de algunos bloques, la presencia del correísmo ya no es relevante.
Este proceso de reconfiguración política marca un nuevo capítulo en el escenario legislativo ecuatoriano, donde las alianzas y negociaciones se perfilan como elementos clave para impulsar la agenda gubernamental y los intereses del país.