El presidente Daniel Noboa declaró una emergencia en el sector eléctrico y solicitó la dimisión de la ministra de Energía, Andrea Arrobo, durante un evento en Guayaquil el 16 de abril de 2024. Este anuncio se produce en medio de la confirmación de nuevos cortes de luz programados por parte del Ministerio de Energía la noche anterior.
Noboa también anunció una investigación sobre posibles actos de sabotaje por parte de empresas eléctricas, afirmando que “en ciertas plantas eléctricas ha habido sabotaje”. Presentó una denuncia ante la Fiscalía por estos incidentes y advirtió que cualquier persona implicada sería considerada una amenaza a la seguridad nacional.
El Gobierno reconoció así una crisis eléctrica, que fue inicialmente alertada por el Cenace el 18 de marzo de 2024, cuando se mencionaron la necesidad de cortes programados de luz. A pesar de los cortes recurrentes y masivos desde el 14 de abril de 2024, el Ministerio de Energía y las empresas eléctricas atribuyeron estos eventos a mantenimientos, negando la crisis en los embalses.
Ante la presión pública, el Gobierno anunció “desconexiones temporales” y al día siguiente admitió oficialmente la implementación de racionamientos eléctricos. Las empresas distribuidoras de electricidad deberán reducir la oferta en un 18%, con cortes de luz programados, según la recomendación del operador estatal de energía, Cenace. En ciertas horas del día, la restricción podría llegar hasta el 30% de la demanda.
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