La convocatoria extraordinaria a una cumbre presidencial de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), realizada por Honduras a petición de México, se llevó a cabo a puerta cerrada. Aunque la reunión fue virtual, solo se transmitieron las palabras iniciales de los jefes de Estado.
De las 33 naciones miembros, apenas participaron una decena de mandatarios, incluyendo a los dos convocantes: Honduras, México, Colombia, San Vicente y las Granadinas, Cuba, Venezuela, Bolivia, Guatemala, Guyana, además de Brasil y Nicaragua, quienes enviaron mensajes.
Durante la cumbre, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), buscó el respaldo de sus homólogos para la denuncia de México contra Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
A pesar de algunos discursos inflamados, como el del venezolano Nicolás Maduro y el colombiano Gustavo Petro, la mayoría de los mandatarios mantuvieron un tono medido en sus intervenciones.
Incluso la presidenta hondureña, Xiomara Castro, quien convocó la cumbre, se limitó a leer un nuevo proyecto de comunicado menos exigente que el original, aunque calificó las acciones del gobierno ecuatoriano como “barbarie, irracionales y salvajes”.
El documento inicial incluía llamados a tomar posiciones políticas para “obligar” a Ecuador a rectificar, otorgar asilo al exvicepresidente Jorge Glas y normalizar las relaciones con México, pero estas demandas desaparecieron en la versión final presentada en la cumbre. A pesar de ello, solo cinco mandatarios expresaron su interés en respaldar la demanda ante la Corte Internacional.
Los grandes ausentes de la cita fueron los mandatarios de Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, Perú y Ecuador, además de Costa Rica, El Salvador, Panamá y la mayoría de las naciones del Caribe.
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