Después de un año desafiante en 2023, en el que Ecuador se vio obligado a importar arroz para satisfacer la demanda local debido a las condiciones climáticas adversas, el país ha recuperado su capacidad exportadora y ha reanudado el envío de arroz a Colombia. Juan Pablo Zúñiga, presidente de la Corporación de Industriales Arroceros del Ecuador (Corpcom), ha destacado el retorno de la producción excedentaria y ha compartido planes para el futuro del sector, incluyendo la reciente implementación de un clúster arrocero.
Las exportaciones de arroz desde Ecuador a Colombia han comenzado a principios de abril de este año, marcando una vuelta a la normalidad en el flujo comercial entre ambos países. Se estima que para el año 2024, Ecuador enviará alrededor de 50.000 toneladas de arroz a Colombia, abarcando tanto el ciclo de la cosecha de invierno actual como las expectativas de la cosecha de verano, siempre y cuando las condiciones climáticas favorezcan la producción.
A pesar de los desafíos enfrentados en 2023 debido a las lluvias excesivas, que obligaron a recurrir a la importación, el sector arrocero ecuatoriano ha logrado recuperarse. Las proyecciones de un potencial fenómeno de El Niño para finales del mismo año no tuvieron un impacto significativo en las áreas arroceras, lo que permitió la normalización de la producción y la reanudación de las exportaciones.
En cuanto a la producción total de arroz en 2024, se estima un área sembrada de 280.000 hectáreas y una producción en cáscara de 1′596.000 toneladas. Del total producido, se destinarán 877.800 toneladas para consumo interno, dejando un excedente exportable de 97.800 toneladas.
Además de las exportaciones a Colombia, Ecuador tiene planes para expandir su mercado hacia Centroamérica y otros países de la región, así como explorar oportunidades de exportación de arroces con valor agregado en Europa y Medio Oriente. Estos esfuerzos se enmarcan en un plan para aumentar la productividad por hectárea a mediano y largo plazo, que requiere la colaboración entre el sector público y privado, así como una mayor inversión en investigación y desarrollo en la cadena agroproductiva del arroz.