El Parque Nacional Machalilla, establecido en 1979 como una de las primeras áreas protegidas del país, es reconocido por la importancia de su ecosistema y la necesidad urgente de preservarlo. Sin embargo, en años recientes, los visitantes han ignorado las reglas de cuidado establecidas para su conservación.
El pasado 24 de mayo, un grupo de turistas nacionales desafiaron las normativas al ingresar al área protegida con bebidas alcohólicas, parlantes con música e incluso un generador eléctrico. Esta conducta irresponsable se suma a la presencia habitual de embarcaciones sin permisos y motos de agua, artefactos que están prohibidos debido a su impacto negativo en la flora y fauna del lugar.
Las autoridades recalcaron que estos parques naturales son ecosistemas delicados que requieren protección y respeto máximo para garantizar su conservación y regeneración. Los infractores fueron desalojados del área en consecuencia.
La ministra de Ambiente, Sade Fritschi, condenó enérgicamente la conducta de aquellos que generan desorden en áreas protegidas, subrayando la necesidad de que los ciudadanos comprendan la fragilidad de estos lugares y se comprometan a ser agentes del cambio con responsabilidad y conciencia ambiental.
Fritschi también destacó la importancia de denunciar este tipo de comportamientos, recordando que se pueden reportar llamando al 911. Gracias a este procedimiento, todos los infractores fueron expulsados del área y se solicitó aplicar sanciones conforme a la ley.
Sin embargo, para Franklin Vega, editor de Bitácora Ambiental, el Parque Nacional Machalilla y otros espacios protegidos en Ecuador enfrentan problemas estructurales que no pueden resolverse únicamente con sanciones.