La vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad, ha profundizado su enfrentamiento con el presidente Daniel Noboa, denunciando lo que califica como un “lawfare” y llamando a la Asamblea Nacional a pronunciarse frente a lo que ella ve como una dictadura. Abad divide su jornada entre sus funciones diplomáticas en Israel, la reestructuración administrativa de la Vicepresidencia y la denuncia de lo que considera una persecución política desde la ruptura con Noboa.
Abad recordó que fue Noboa quien la invitó a ser su compañera de fórmula en las elecciones extraordinarias de 2023. Sin embargo, acusa al gobierno de instalar un discurso de odio en su contra y de actuar fuera de la ley. Según Abad, la negativa del gobierno a permitir que ella asuma la presidencia mientras Noboa se enfoca en su campaña para 2025 es una muestra de esta persecución.
“La Asamblea debe pronunciarse ante una dictadura”, declaró Abad, aludiendo a las acciones del presidente que, según ella, están encaminadas a vulnerar la Constitución. La vicepresidenta, que ha expresado temor por su vida, aseguró que revisará algunas decisiones y funcionarios si llega a asumir la presidencia por encargo de Noboa.
El gobierno ha consultado a la Procuraduría del Estado sobre la posibilidad de que Noboa pueda evitar encargar la presidencia a Abad durante su campaña, basándose en el Código de la Democracia. Abad, sin embargo, insiste en que la Constitución es la norma suprema y que cualquier intento de eludirla es inaceptable. “El deber más alto del Estado es respetar y hacer respetar los derechos garantizados en la Constitución”, afirmó.
Si la Procuraduría favorece al presidente, Abad considera elevar el caso a la Corte Constitucional, ya que cualquier intento de vulnerar la norma suprema equivaldría a un golpe de Estado, según analistas y constitucionalistas.
En respuesta a las acusaciones de alianzas con la Revolución Ciudadana, Abad negó cualquier pacto con el partido de Rafael Correa, afirmando que su proyecto político no incluye indultar a nadie. “No hay alianzas ni pactos”, subrayó, criticando al presidente por su acuerdo con Correa.
Abad también criticó al viceministro Esteban Torres, quien declaró que sería “nefasto” que ella reemplazara a Noboa, sugiriendo que el presidente podría encargar su cargo a un ministro. La vicepresidenta, por su parte, recordó que fue Noboa quien personalmente la invitó a ser su compañera de fórmula.
A pesar del conflicto político, Abad cumple con las funciones designadas, aunque reconoce la dificultad de gestionar sus responsabilidades debido a la diferencia horaria entre Ecuador e Israel. Aclaró que su rol como embajadora no elimina su función de vicepresidenta, mandato otorgado por el pueblo ecuatoriano.
En un documento emitido por Cancillería, se le ha prohibido referirse a su trabajo en Israel. Sin embargo, Abad enfatizó que su labor diaria busca establecer canales de comunicación con diversas autoridades e instituciones israelíes, con el objetivo de mediar y encontrar soluciones pacíficas para Ecuador.
La situación continúa siendo tensa, y la respuesta de la Asamblea Nacional y otros poderes del Estado será crucial para definir el curso de este conflicto político.
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