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PROFESIONALES EN ECUADOR LUCHAN POR EMPLEO A PESAR DE MAESTRÍAS

Profesionales ecuatorianos enfrentan una difícil realidad: incluso con maestrías o títulos de cuarto nivel, conseguir empleo se ha convertido en un desafío cada vez mayor en el país. Esta problemática coincide con un aumento en la demanda de formación especializada tanto en universidades locales como extranjeras.

Rosalba Cabrera, ingeniera civil con un masterado en gerencia empresarial, ilustra este dilema. Tras perder su empleo en el Metro de Quito debido a la pandemia, ha luchado por encontrar trabajo estable. Actualmente, subsiste con contratos temporales en pequeñas obras, una situación que refleja la incertidumbre laboral que atraviesa el país.

Miguel Manya, otro ingeniero civil con una maestría en dirección de empresas constructoras e inmobiliarias, comparte una experiencia similar. Enfrentando una crisis inmobiliaria y una competencia cada vez más feroz en el mercado laboral, señala que poseer una maestría ya no garantiza oportunidades de empleo como lo hacía antes.

Según datos de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), el número de títulos de cuarto nivel sigue en aumento tanto en instituciones locales como extranjeras. Sin embargo, la tasa de desempleo entre profesionales con estas calificaciones también ha crecido, pasando del 1.7% a 2.7% entre el primer trimestre y finales del 2023, según el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC).

Jhon Toro Ponce, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios Particulares del Ecuador (Feupe), critica la saturación de programas de posgrado y su supuesta falta de relevancia en el mercado laboral actual. Señala que muchos graduados con múltiples maestrías enfrentan desafíos significativos para encontrar empleo acorde con su formación.

Por su parte, Arturo Rojas, presidente de la Asamblea del Sistema de Educación Superior Ecuatoriana (Asesec), reconoce la necesidad de alinear la oferta académica con las demandas reales del mercado. Destaca esfuerzos en curso para mejorar la competitividad y equilibrar las necesidades económicas y productivas del país.

Finalmente, el informe también revela que muchos estudiantes invierten sumas considerables, a menudo superiores a los USD 10,000, en su educación de posgrado, solo para enfrentarse a salarios que no corresponden a su nivel de preparación, agravando aún más la crisis laboral.

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