El presidente ruso, Vladímir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, se reunieron este miércoles en Pyongyang con el objetivo de fortalecer su cooperación económica y militar, y presentar un frente unido contra Washington. Esta reunión ha generado preocupación en numerosos países.
Putin fue recibido calurosamente por Kim Jong-un, quien le estrechó la mano, lo abrazó en dos ocasiones y lo acompañó desde el aeropuerto en una limusina, escoltada por una enorme caravana que recorrió las calles brillantemente iluminadas de la capital, decoradas con gigantescas banderas rusas y retratos de Putin.
Tras pasar la noche en una casa de huéspedes estatal, Putin asistió a una fastuosa ceremonia de bienvenida en la plaza principal de la ciudad. Kim presentó a miembros clave de su liderazgo, incluyendo al ministro de Relaciones Exteriores, Choe Son Hui; el principal asesor y secretario del partido gobernante, Jo Yo Jong; y la influyente hermana del líder, Kim Yo Jong. Los líderes iniciaron conversaciones acompañados por sus altos funcionarios, según informaron medios rusos.
Los medios estatales norcoreanos describieron la reunión como un evento histórico que demuestra la “invencibilidad y durabilidad” de la amistad entre las dos naciones. Grandes multitudes se alinearon en las calles para saludar la caravana de Putin, coreando “Bienvenido, Putin” y ondeando flores y banderas de Corea del Norte y Rusia.
Este viaje, el primero de Putin a Corea del Norte en 24 años, subraya la intención de ambos países de cooperar estrechamente para superar las sanciones lideradas por Estados Unidos y desarrollar su asociación. Putin agradeció el firme apoyo de Corea del Norte a las acciones militares de Rusia en Ucrania.
La visita de Putin se produce en medio de crecientes preocupaciones sobre un posible acuerdo armamentístico, en el cual Pyongyang suministraría a Moscú municiones necesarias para la guerra en Ucrania a cambio de asistencia económica y transferencia de tecnología, incrementando así la amenaza del programa de misiles y armas nucleares de Kim.
Funcionarios estadounidenses y surcoreanos han acusado a Corea del Norte de proporcionar a Rusia artillería, misiles y otros equipos militares para su uso en Ucrania, posiblemente a cambio de ayuda y tecnología militar. Tanto Pyongyang como Moscú niegan estas acusaciones, que violarían múltiples sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, las cuales Rusia respaldó anteriormente.
Junto con China, Rusia ha brindado cobertura política a los esfuerzos de Kim por mejorar su arsenal nuclear, bloqueando repetidamente los intentos liderados por Estados Unidos de imponer nuevas sanciones a Corea del Norte por sus pruebas de armas.
En Washington, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, comentó que la visita de Putin a Corea del Norte ilustra cómo Rusia intenta “desesperadamente” fortalecer relaciones con países que puedan proporcionarle lo necesario para continuar la guerra contra Ucrania.
“Corea del Norte está proporcionando importantes municiones a Rusia… y otras armas para su uso en Ucrania. Irán también ha estado suministrando armamento, incluidos drones, que se han utilizado contra civiles e infraestructura civil”, dijo Blinken tras una reunión con el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Las tensiones en la Península de Corea están en su punto más alto en años, con un incremento en las pruebas de armas y ejercicios militares combinados, tanto de Corea del Norte como de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón. Las dos Coreas han participado en una guerra psicológica al estilo de la Guerra Fría, en la cual Corea del Norte ha lanzado toneladas de basura sobre el Sur con globos, mientras que el Sur ha transmitido propaganda antinorcoreana con altavoces.
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