Más de 230 millones de mujeres y niñas de todo el mundo han sido sometidas a la mutilación genital femenina (MGF), según un nuevo análisis de UNICEF, lo que supone un aumento de 30 millones desde la última estimación mundial de 2016. A pesar de algunos avances en ciertos países, la práctica sigue siendo alarmantemente prevalente en muchas regiones.
El informe de UNICEF revela que, aunque en algunos lugares una nueva generación de padres ha optado por renunciar a la MGF, en otros, las leyes y campañas contra esta práctica no han tenido el impacto esperado. Por ejemplo, en Burkina Faso, el porcentaje de niñas de entre 15 y 19 años que han sufrido la mutilación genital se ha reducido del 82% al 39% en las últimas tres décadas. En contraste, en Somalia, donde se estima que el 99% de las mujeres han sido mutiladas, la situación no ha mejorado.
La mayoría de los países donde la MGF es más común también tienen altas tasas de crecimiento demográfico, lo que contribuye al aumento anual del número de niñas sometidas a esta práctica. “El número total de mujeres y niñas afectadas es un 15% superior a la última estimación”, afirmó Claudia Cappa, experta de UNICEF en tendencias mundiales de MGF. “Los progresos realizados son demasiado lentos en comparación con el crecimiento de la población de niñas en los países más afectados”.
Las Naciones Unidas se han fijado el objetivo de eliminar la MGF para 2030, pero el cambio tendría que acelerarse 27 veces más rápido que el ritmo actual para alcanzar esa meta, señaló Cappa. En algunos países, los avances logrados están en riesgo debido a conflictos y desplazamientos provocados por emergencias climáticas, lo que hace que las poblaciones sean más vulnerables y dependan más de las estructuras comunitarias tradicionales, como los grupos religiosos que respaldan esta costumbre.
Los nuevos datos también revelan la extensión global de la MGF. Aunque es más común en los países del África subsahariana, también está muy extendida en algunas zonas de Medio Oriente y Asia, y continúa siendo una práctica clandestina en algunas comunidades de inmigrantes en Norteamérica y Europa.
Se estima que 144 millones de mujeres y niñas han sido mutiladas en África (principalmente en Egipto, Etiopía y Sudán), 80 millones en Asia y 6 millones en Medio Oriente (más de la mitad en Yemen). En Asia, Indonesia registra el mayor número de casos, con un 55% de niñas sometidas a la MGF, según datos del gobierno.
UNICEF realizó sus cálculos a partir de encuestas domiciliarias en 31 países donde la práctica es más común. Estas encuestas preguntan a las mujeres si fueron sometidas a la ablación y si lo fueron sus hijas, y también recogen opiniones de hombres y mujeres sobre si creen que la práctica debería continuar.
En Burkina Faso, la penalización de la MGF y el firme apoyo de figuras políticas han impulsado el cambio. Mariam Lamizana, presidenta de la organización contra la MGF Voix de Femmes, explicó que trabajar con líderes religiosos y tradicionales ha sido clave para reducir la prevalencia de esta práctica.
Sin embargo, en otros países, los conflictos y desastres climáticos complican las iniciativas contra la MGF. Nankali Maksud, de UNICEF, explicó que muchas niñas son mutiladas para ser casadas a una edad temprana, especialmente cuando las familias necesitan dinero tras perder sus medios de vida debido a fenómenos meteorológicos extremos.
A pesar del pesimismo que sugieren las cifras, Maksud destacó que hay una creciente oposición a la MGF, incluso entre hombres, en varios países. “Hay pesimismo en estas cifras, pero sigue habiendo niñas y mujeres —e incluso hombres— que creen que esta práctica debe terminar. Eso es algo positivo”, concluyó.