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COCA CODO SINCLAIR: RIESGOS Y FALLAS EN LA HIDROELÉCTRICA

La mayor parte del financiamiento para la construcción de Coca Codo Sinclair provino de un crédito concedido por China, con la condición de que la obra fuera realizada por la empresa estatal china Sinohydro.

En 2016, el entonces vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, inauguró la hidroeléctrica diciendo: “De aquí saldrá la energía para dar el salto al desarrollo”. Hoy, Glas está preso por dos casos de corrupción relacionados con sobornos y la constructora Odebrecht.

A pesar de que esta hidroeléctrica podría cubrir el 25% de la demanda eléctrica de Ecuador, hasta ahora no ha funcionado completamente bien debido a fallas en su construcción y riesgos naturales que amenazan con dejarla fuera de servicio de manera permanente. Esto ocurre en medio de la peor crisis eléctrica que ha enfrentado el país en los últimos 14 años.

Uno de los principales riesgos para Coca Codo Sinclair está aguas arriba, donde los sedimentos arrastrados por el río Coca han provocado paradas temporales de la hidroeléctrica, causando cortes nacionales de electricidad. Los sedimentos incluyen arcillas, limos, arenas, lodo, piedras y troncos, que obstruyen el desarenador, una estructura diseñada para evitar que estos materiales entren en la hidroeléctrica. El sistema Sedicon, destinado a evacuar los sedimentos, no ha funcionado correctamente en situaciones de crecida del río.

Estas fallas han llevado a que el holding Corporación Eléctrica de Ecuador (Celec) presente un arbitraje contra Sinohydro, ya que los sedimentos que pasan a las turbinas causan desgaste en los equipos, convirtiéndose en verdaderos proyectiles que pueden cortar el acero.

Otro grave riesgo es la erosión regresiva del río Coca, que avanza peligrosamente hacia las obras de captación de Coca Codo Sinclair. Este fenómeno comenzó en febrero de 2020 con el colapso de la Cascada de San Rafael y ha continuado río arriba, socavando el lecho y desmoronando las márgenes del río. Un estudio del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos de 2023 advierte que la erosión podría llegar a las obras de captación entre dos y cinco años, o incluso en un plazo menor, poniendo en peligro la operatividad de la hidroeléctrica.

Además de los problemas mencionados, la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair presenta fallas de construcción que impiden su funcionamiento al 100% de su capacidad. Entre ellas, destacan miles de fisuras en los distribuidores de agua, ubicados en la casa de máquinas, que conducen el agua a las turbinas con una presión de 600 metros para generar electricidad. Hasta abril de 2018, la Contraloría determinó la existencia de más de 7,600 fisuras, algunas de las cuales han vuelto a abrirse tras ser soldadas.

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