José Raúl Mulino, nuevo presidente de Panamá, declaró hoy que su país “no será más un país de tránsito para los migrantes irregulares”, al asumir el cargo para el período 2024-2029. Mulino enfatizó la aplicación estricta de la ley por parte de las fuerzas de seguridad, con respeto a los derechos humanos y defensa de los intereses nacionales.
El presidente propuso la repatriación masiva de migrantes irregulares que atraviesan la selva desde Colombia, mayoritariamente venezolanos. Además, solicitó a Estados Unidos un acuerdo de cooperación financiera para este fin. En lo que va del año, más de 195,000 migrantes han cruzado la selva, comparado con más de 520,000 en 2023, según datos oficiales, con proyecciones que podrían alcanzar los 800,000 este año, según Unicef.
Mulino anunció la firma de un memorando de entendimiento con Estados Unidos, donde este país se compromete a cubrir los costos de repatriación de los migrantes que ingresen ilegalmente por el Darién. El presidente expresó su determinación de evitar que Panamá sea utilizado como ruta para organizaciones internacionales relacionadas con el narcotráfico y tráfico de personas, calificando este dinero como “maldito”.
Además, Mulino destacó que la inmigración ilegal masiva genera costos económicos y sociales significativos, vinculados a la seguridad nacional y marítima, obligando a las fuerzas de seguridad panameñas a dispersar sus recursos.
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