Los transportistas interprovinciales de Ecuador han convocado a un paro nacional los días 16 y 17 de julio de 2024, en protesta por la eliminación de los subsidios a las gasolinas y la creciente inseguridad en las vías.
El gobierno de Daniel Noboa se prepara para enfrentar su primer paro nacional, convocado por la Federación Nacional de Cooperativas de Transporte Público de Pasajeros de Ecuador (Fenacotip). La paralización de actividades está prevista para mediados de julio, en respuesta a dos principales demandas: la eliminación de subsidios a los combustibles y la inseguridad en las carreteras.
Abel Gómez, titular de la Fenacotip, anunció la medida en una rueda de prensa en Guayaquil, subrayando la inseguridad y los recientes crímenes de choferes como factores clave. “En honor a las vidas caídas, a las personas que han muerto, sean usuarios o transportistas, hay que apagar los motores. No se puede seguir trabajando en estas condiciones”, declaró Gómez.
Aunque el Gobierno de Noboa había anunciado compensaciones por el retiro de subsidios, estas sólo abarcan al transporte liviano, dejando fuera al gremio interprovincial. Según Gómez, el costo del galón de diésel ha aumentado cada mes, alcanzando USD 1,90, lo que agrava la situación para los transportistas de buses interprovinciales.
Además, un nuevo frente de transportistas urbanos en Guayaquil ha mostrado su apoyo a la protesta, sumándose a las demandas del gremio interprovincial.
El gobierno de Daniel Noboa se apresta para enfrentar su primer paro nacional, convocado por la Federación Nacional de Cooperativas de Transporte Público de Pasajeros de Ecuador (Fenacotip). La paralización de actividades, programada para los días 16 y 17 de julio de 2024, se debe al descontento por la eliminación de los subsidios a las gasolinas y la inseguridad en las vías del país.
Abel Gómez, titular de la Fenacotip, anunció la medida en una rueda de prensa en Guayaquil, destacando que la inseguridad y los recientes crímenes de choferes han generado un ambiente insostenible para los transportistas. “En honor a las vidas caídas, a las personas que han muerto, sean usuarios o transportistas, hay que apagar los motores. No se puede seguir trabajando en estas condiciones”, declaró Gómez.
Gómez explicó que, a pesar de participar en mesas de diálogo con el Gobierno, no han recibido las garantías esperadas. Mientras los transportistas buscan soluciones, enfrentan la inseguridad y el incremento constante en el costo del diésel, que actualmente llega a USD 1,90 por galón.
El pasado 3 de julio, los representantes de transporte liviano llegaron a un acuerdo con el Gobierno y descartaron la paralización de labores. Sin embargo, las compensaciones ofrecidas no abarcan al gremio interprovincial, lo que ha generado mayor descontento.