Familiares de los internos denunciaron severas condiciones de hacinamiento y una crisis alimentaria en el complejo carcelario. Las cinco cárceles de Guayas, que al final de 2023 albergaban a cerca de 12,000 reclusos, ahora cuentan con casi 700 internos adicionales. El hacinamiento alcanza niveles críticos, con los centros penitenciarios alojando hasta 2.5 veces más presos de los que pueden albergar.
Los familiares que pudieron visitar a sus seres queridos constataron la delgadez extrema de los internos, quienes sobreviven con una o dos comidas al día. Esther, madre de un interno, expresó su preocupación tras encontrar a su hijo notablemente deteriorado. “Está en los huesos. Solo les llevan un arroz con huevo al mediodía y a veces tienen que compartir entre ellos la comida”, relató.
Daniela, conviviente de otro interno, indicó que el poco dinero que las familias pueden enviar al economato de la Penitenciaría del Litoral no es suficiente para cubrir las necesidades básicas. “Unas galletas que cuestan 30 centavos afuera se venden a 2 dólares dentro de la prisión”, explicó.
Además, se reporta que los presos del pabellón 1 de la Penitenciaría del Litoral, en su mayoría miembros de los Latin Kings, están intentando ganarse la “buena voluntad” de los militares para evitar maltratos. Según los familiares, los internos están siendo sometidos a ejercicios forzados y azotes como castigo por errores o cansancio.
La reanudación de visitas ha puesto en evidencia las difíciles condiciones de los centros penitenciarios, que enfrentan una crisis prolongada en la provisión de alimentos y un ambiente de violencia y hacinamiento. Organismos internacionales y locales han denunciado casos de maltrato y tortura durante la militarización de las prisiones que comenzó el 9 de enero de 2024.