El expresidente del Consejo de la Judicatura, Wilman Terán, llegó finalmente a la Asamblea Nacional en Quito el 17 de julio para defenderse en su juicio político, tras una intensa espera y múltiples insistencias del correísmo. Terán, quien cumple prisión preventiva en la cárcel La Roca de Guayaquil por el caso Metástasis, arribó al Legislativo vistiendo el traje naranja característico de los privados de libertad.
Durante su comparecencia, Terán se comparó con Cristo y describió su situación como un “viacrucis” desde diciembre de 2023. Aseguró que en estos siete meses de investigaciones no se ha encontrado más que la honestidad de sus acciones y reclamó la falta de acceso a los expedientes electrónicos necesarios para su defensa.
El exfuncionario presentó chats con la fiscal general Diana Salazar, argumentando que estos mensajes evidencian una persecución en su contra, especialmente en relación con la suspensión del exjuez de la Corte Nacional de Justicia, Walter Macías, que también es motivo de su juicio.
Terán expresó su arrepentimiento por haberse dejado influenciar por “emisarios” y solicitó un análisis exhaustivo de los chats y teléfonos celulares para verificar la veracidad de las acusaciones. Pidió incluso la intervención de una comisión internacional para revisar su caso.
El Servicio Nacional de Personas Privadas de Libertad (SNAI) facilitó su traslado a Quito tras inicialmente proponer una comparecencia virtual. La sesión en la Asamblea se manejó con cautela, y Terán tuvo tres horas para defenderse antes de las réplicas y la votación final de los asambleístas.