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COLOMBIANA ROMPE RÉCORD DE LONGEVIDAD A LOS 122 AÑOS SOLO COMIENDO PLÁTANOS TODOS LOS DÍAS

María Antonia Cuero, una colombiana de 122 años, podría ser reconocida como la mujer más longeva del mundo. Nacida el 18 de octubre de 1901 en Buenaventura, Valle del Cauca, su vida es un testimonio de resistencia y vitalidad.

Después del fallecimiento de Johanna Mazibuko de Sudáfrica, quien tenía 128 años, María Antonia Cuero está en camino de ser reconocida por Guinness World Records. Actualmente, la persona más longeva reconocida es la española María Branyas Morera, de 116 años.

María Antonia Cuero nació en una época en que los primeros vehículos con motor apenas comenzaban a aparecer y Colombia tenía una población de 5 millones de habitantes. Ha vivido para ver la construcción del Canal de Panamá y la devastación de una epidemia de tifo en Bogotá.

María Antonia, la mayor de 16 hermanos, tuvo ocho hijos. Hasta hace poco, era capaz de subirse a canoas y pescar por sí misma. “En mi pueblo, donde vivía en una loma, la luna era grandísima y clarita, el cielo lleno de estrellas… ahora apenas se ve”, recuerda.

A lo largo de su vida, María Antonia se ha mantenido fiel a sus creencias liberales y a su devoción por San Antonio. Uno de sus secretos para la longevidad es consumir dos bananos verdes cocidos diariamente.

En una entrevista con el programa ‘Los Informantes’ de Caracol, confesó que ha perdido la cuenta de su edad, pero se siente halagada por los elogios de quienes la rodean.

De sus 16 hermanos, solo dos siguen vivos. María Antonia es cuidada por su hija menor, Deisy, quien se asombra de su vitalidad. “Ella se baña sola, lava su ropa y tiene recuerdos intactos”, comenta Deisy.

Elvia Cuero, de 79 años y hermana de María Antonia, expresó su admiración: “Que tenga la memoria tan privilegiada, yo me quedo aterrorizada, me quito el sombrero ante ella”.

María Antonia asiste cada tres meses a controles médicos y recibe tratamientos para la osteoporosis. Aunque sus manos a veces se adormecen, no permite que eso la detenga: sigue cocinando y picando cebolla para el almuerzo.

Curiosamente, Deisy, quien ahora la cuida, no fue criada por María Antonia. De niña, Deisy fue entregada a una profesora del pueblo debido a una enfermedad grave. Se reencontraron 15 años después.

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