El presidente Daniel Noboa no oculta su orgullo por su valentía, una cualidad que destaca constantemente, especialmente en su lucha contra el crimen organizado. En un evento en Durán, arribó con más de 1.000 policías y militares, tanquetas, chaleco antibalas y casco, enviando un claro mensaje a los delincuentes: “Tomaremos Durán por nuestras propias manos y se las devolveremos a los verdaderos y únicos dueños: las familias duraneñas”.
Desde su llegada al poder, Noboa ha enfatizado su postura de ‘mano dura’. En la segunda vuelta electoral del 26 de agosto de 2023, ya advertía que “el hecho de que sea pacífico no significa que soy ahuevado”. Al asumir el cargo, declaró ser “un pésimo enemigo para tener”, y ha reiterado que sus decisiones, aunque controversiales, son por el futuro de Ecuador.
La jornada de violencia del 9 de enero de 2023 y la posterior declaratoria del conflicto armado interno marcaron un punto de inflexión en su discurso. “Se acabaron los gobiernos tibios”, afirmó, reforzando aún más su imagen de firmeza.
El 22 de enero, Noboa se ofreció “como un escudo” para policías y militares, prometiendo defenderlos contra la infamia y la corrupción. En abril, enfatizó que no estaba en el cargo para “hacerse el gil” frente a la corrupción y la delincuencia, presentando una lista de objetivos militares y prometiendo acciones decisivas.
En entrevistas internacionales, Noboa ha subrayado su resistencia frente a las presiones de grupos criminales y sus cómplices. Destacó el asalto a la Embajada de México en Quito para capturar a Jorge Glas como una decisión dura pero necesaria para mantener su imagen de líder fuerte.