Los autos que circulan por las calles sin asfaltar de Fincas Delia, sector sureste de Durán, levantan gran cantidad de polvo que cubre fachadas y puertas de negocios cerrados desde hace meses. Ubicada en el kilómetro 6.5 de la vía Durán-Tambo, entre la carretera y el río Guayas, esta lotización carece de servicios básicos, iluminación y áreas verdes.
Consolidada a partir de invasiones de tierras hace más de 15 años, Fincas Delia no tiene asfaltado, centro de salud ni unidad de Policía, convirtiéndose en un reducto de los Chone Killers. Este grupo criminal ha instaurado su propia ley en el sector, operando con impunidad en el último año.
El Bloque de Seguridad, integrado por la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, lleva siete días de patrullajes en el área. La Secretaría de Asentamientos Humanos notificó nuevos desalojos en la lotización de 1,500 familias, devolviendo 70 casas despojadas por la banda a sus propietarios.
La ubicación estratégica de Fincas Delia facilita las economías criminales. Según el coronel Pablo Dávila, la lotización servía como centro de acopio de drogas y lugar de retención de personas secuestradas. Además, está rodeada de camaroneras extorsionadas por las bandas y ofrece conexión con el río para la salida de drogas a los puertos.
Los Chone Killers trafican tierras, desplazan habitantes y venden terrenos clandestinamente. Un residente, Jorge (nombre protegido), denunció la ocupación ilegal de su vivienda tras recibir amenazas de muerte.
El general Fausto Buenaño informó de la detención de 28 personas, incautación de ocho armas y recuperación de vehículos y motos. Buenaño reconoció la necesidad de un operativo sostenido en seguridad y servicios sociales.
Entre las familias desplazadas está una pareja de Cotopaxi que fue forzada a abandonar su hogar en octubre de 2023. Aunque aprovecharon la militarización para denunciar el despojo, prefieren vender la propiedad.
Las brigadas han encontrado viviendas revendidas hasta tres veces, con documentos y sellos falsos de asociaciones de vivienda y gremios de agricultores.
Los habitantes respaldan los patrullajes militares, esperando que se sostengan en el tiempo para mejorar la seguridad y calidad de vida en el sector abandonado de Fincas Delia.
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