La crisis política en Venezuela ha alcanzado niveles alarmantes después de las elecciones del pasado domingo, en las que Nicolás Maduro fue declarado ganador por el Consejo Nacional Electoral. La oposición y varios observadores internacionales han cuestionado la legitimidad de los resultados, desencadenando una ola de violencia y represión.
María Corina Machado, líder opositora, ha denunciado que la crisis ha dejado al menos 16 muertos en las últimas 48 horas. Según Machado, el régimen de Maduro ha intensificado su represión con más de 177 detenciones arbitrarias, 11 desapariciones forzadas y un número creciente de asesinatos. “Alerto al mundo sobre la escalada cruel y represiva del régimen”, escribió Machado en X.
Las manifestaciones, que comenzaron el lunes, se han extendido a 19 de los 23 estados venezolanos. El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social reporta que se han registrado 187 protestas, algunas de ellas en barriadas populares que anteriormente apoyaban al chavismo. Estos sectores también han salido a las calles exigiendo la liberación de las actas electorales, claves para esclarecer los resultados.
La crisis ha captado la atención internacional. Los presidentes de Brasil, Lula da Silva, y de Estados Unidos, Joe Biden, han hecho un llamado a la divulgación de las actas de las elecciones. Este escrutinio transparente es visto como crucial para restaurar la credibilidad del proceso electoral.
En medio de la crisis, organizaciones de derechos humanos informan que al menos 11 civiles han muerto y 84 han resultado heridos en las recientes protestas, según la ONG Encuesta Nacional de Hospitales. La Fiscalía venezolana ha confirmado la muerte de un militar durante los enfrentamientos.
La situación sigue evolucionando mientras la comunidad internacional observa con creciente preocupación. La demanda por justicia y transparencia en Venezuela continúa en aumento.
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