La trágica muerte de Pablo Valdés, de 43 años, ha conmocionado a la ciudad de Ambato y ha generado una fuerte demanda de justicia por parte de su familia. El incidente ocurrió el pasado sábado 8 de junio, cuando Pablo, acompañado de su pareja e hijos, visitó un parque de diversiones recién inaugurado en la parroquia Izamba, en el norte de Ambato.
La visita, que debía ser una tarde familiar de entretenimiento, se convirtió en tragedia cuando Pablo decidió subirse al ‘Skyblue’, una de las atracciones del parque. Según testigos, Valdés cayó desde una altura aproximada de seis metros, después de que el arnés de seguridad que lo sostenía se desprendiera. La caída fue devastadora, causándole múltiples lesiones que lo mantuvieron en terapia intensiva durante diez días antes de su fallecimiento el 18 de junio.
Confusión y acusaciones tras la caída
La familia de Pablo ha señalado que los empleados del parque no estaban capacitados para brindar primeros auxilios ni contaban con protocolos de seguridad adecuados. Cristian Valdés, hermano de la víctima, criticó la falta de acción inmediata del personal del parque, indicando que continuaron con sus actividades mientras Pablo convulsionaba en el suelo.
Por su parte, la administración del parque defendió su actuación a través de un video en redes sociales, donde aseguraron haber activado un plan de contingencia, incluyendo la llamada al ECU 911 y la atención de primeros auxilios. Sin embargo, estas declaraciones han sido cuestionadas por la familia Valdés, que afirma que no se cumplieron los protocolos básicos de seguridad.
Discrepancias sobre los gastos médicos y clausura temporal del parque
Tras el accidente, Pablo fue trasladado a un hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), pero debido a la demora en la atención, fue llevado a una clínica privada, donde permaneció en estado crítico hasta su fallecimiento. La familia ha denunciado que el parque no cumplió con su promesa de cubrir todos los gastos médicos, dejándolos con una deuda considerable.
Además, el parque fue clausurado temporalmente por la Intendencia de Ambato debido a la falta de permisos, pero reabrió sus puertas poco después, lo que ha generado aún más indignación entre los familiares de Pablo. Según las primeras investigaciones, el parque no contaba con todos los permisos en regla al momento del accidente, una situación que la familia considera inaceptable.
Investigación en curso y pedido de justicia
La Fiscalía ha abierto una investigación por un presunto delito de homicidio culposo, mientras la familia de Pablo continúa exigiendo justicia. Han lanzado una campaña en redes sociales bajo el hashtag #JusticiaParaPablo, buscando sensibilizar a la comunidad y asegurarse de que se tomen medidas para evitar que otra tragedia similar ocurra.
Cristian Valdés manifestó su deseo de que el parque sea clausurado o, al menos, que cumpla con las normativas de seguridad necesarias para proteger a los visitantes. “No es solo por nosotros, es por toda la comunidad. Queremos que se haga justicia y que nadie más tenga que pasar por lo que hemos pasado”, expresó.
Un legado interrumpido
Pablo Valdés era un hombre trabajador, padre dedicado y líder en su comunidad. Fundador de su propia empresa, siempre encontraba tiempo para su familia, especialmente para su hijo Joaquín, de 13 años, quien ahora enfrenta la vida sin su padre. “Mi hermano era un hombre de valores, y nuestra responsabilidad ahora es asegurarnos de que Joaquín crezca con esos mismos valores”, concluyó Cristian, visiblemente afectado por la pérdida.
El caso sigue bajo investigación, y la familia Valdés espera que se haga justicia para honrar la memoria de Pablo y prevenir futuras tragedias.