El 4 de octubre de 2019, las calles de Ecuador se llenaron de protestas que pusieron al gobierno al borde de la caída. Solo tres días antes, el presidente Lenín Moreno había anunciado la eliminación de los subsidios a los combustibles como parte de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que desató el descontento popular. Para controlar la situación, Moreno decretó el estado de excepción, mientras medios rusos como Sputnik y Russia Today (RT) amplificaban el descontento con un enfoque crítico y tendencioso sobre las medidas del FMI.
Ese mismo día, el medio Sputnik Mundo, vinculado al gobierno ruso, difundió un artículo citando a voceros del correísmo, quienes anticipaban un posible escenario de “muerte cruzada” para destituir al presidente Moreno y llamar a nuevas elecciones. La tensión en las calles empezaba a crecer, especialmente después de que el gremio de transporte inició un paro el 3 de octubre, seguido por el movimiento indígena, liderado por la Conaie, que anunció una movilización hacia Quito.
Con el paso de los días, Russia Today (RT) intensificó su cobertura, amplificando el discurso del correísmo contra el gobierno de Moreno y criticando duramente el acuerdo con el FMI. Incluso el expresidente Rafael Correa, en entrevistas con RT, insinuó su posible candidatura en caso de que Moreno fuera destituido, a pesar de estar enfrentando procesos legales por el caso Sobornos, lo que complicaba su participación en las elecciones de 2021.
El 7 de octubre de 2019, la movilización indígena llegó a Quito, obligando al presidente Moreno a trasladarse a Guayaquil. Durante esos días, RT reforzó su cobertura con titulares y enfoques tendenciosos, criticando las políticas del gobierno y presentando las protestas como una respuesta legítima a las medidas económicas impuestas por el FMI.
Este patrón de cobertura mediática no solo se observó en las protestas de octubre de 2019, sino que se repitió en julio de 2022, cuando las manifestaciones buscaban también derrocar al presidente Guillermo Lasso. En ambas ocasiones, los medios rusos desempeñaron un papel clave al amplificar el descontento y sugerir la “muerte cruzada” como salida, mientras Correa, ya inhabilitado para ser candidato, seguía influyendo en la narrativa.
Esta investigación revisó 496 publicaciones de RT en redes sociales sobre las protestas de 2019 y 2022, y 371 artículos publicados en sus páginas web y en Sputnik. Utilizando la plataforma de inteligencia de noticias Event Registry y con el apoyo del Observatorio Interuniversitario de Medios Ecuatorianos (OIME), se analizó el contenido de estos medios durante dos períodos clave: del 13 de junio al 31 de julio de 2022, y del 2 al 18 de octubre de 2019.
El 70% de estas publicaciones mostraba un sesgo evidente contra los gobiernos de turno, criticando las medidas económicas y apoyando las posturas del correísmo. Sin embargo, el impacto de los medios rusos fue mayor en 2019, cuando RT fue bloqueado en Ecuador tras su cobertura de las protestas, mientras que en 2022, continuó su influencia a través de redes sociales.
Durante los días más intensos de las protestas de octubre de 2019, RT realizó 17 transmisiones en vivo desde las inmediaciones de la Asamblea Nacional, captando los enfrentamientos entre policías y manifestantes. Estas transmisiones, que llegaron a tener casi 900 mil visualizaciones, fueron las más populares en las redes sociales del canal ruso, mostrando siempre una perspectiva favorable a los manifestantes.
RT llegó a Ecuador durante el gobierno de Rafael Correa, y parte de su programación se transmitía por EcuadorTV, el canal público. Sin embargo, cuando Lenín Moreno asumió el poder en 2017, retiró esa programación de los medios públicos, dejando a RT solo con la señal por cable. Durante las protestas de 2019, RT utilizó esa señal para transmitir en vivo y criticar las medidas económicas del gobierno, utilizando el término “paquetazo” en sus titulares.
Tras el fin de las protestas de octubre de 2019, la entonces ministra del Interior, María Paula Romo, calificó la cobertura de RT como parte de una estrategia de desestabilización, señalando que el canal público ruso exacerbaba las protestas a través de sus transmisiones en vivo. En respuesta, RT lanzó un video satírico, acusando a los medios ecuatorianos de ocultar la crisis social al transmitir programas de entretenimiento durante las manifestaciones.
A pesar del cruce de acusaciones, el gobierno de Moreno no tomó medidas legales contra RT, aunque un mes después, la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) retiró la señal del canal ruso de su programación por cable, citando razones técnicas. Sin embargo, Romo confirmó que la decisión fue política, argumentando que Rusia utiliza sus medios para exacerbar conflictos locales y desestabilizar las democracias.
En 2019, los líderes indígenas Leonidas Iza y Jaime Vargas se convirtieron en los rostros de las demandas sociales durante el paro nacional, mientras que Romo sostenía que la movilización no era solo un asunto doméstico, sino parte de un plan de desestabilización impulsado por el “grupo de Puebla” y el Socialismo del Siglo XXI, con el apoyo de Rusia.
Por otro lado, algunos analistas como Jonathan Luna Noa, especialista en comunicación digital, afirman que los medios tradicionales no cubrieron adecuadamente las demandas de los manifestantes, dejando ese rol a medios internacionales y digitales. Luna destaca el papel de medios nativos digitales como Wambra Radio, que abrieron sus micrófonos a la marcha indígena, permitiendo que las voces de los manifestantes fueran escuchadas.
La eliminación de los subsidios a los combustibles en 2019, que fue una medida sorpresiva y no consultada, desató una ola de descontento social en un país donde la economía ya mostraba signos de deterioro tras el boom petrolero. Este contexto exacerbó las tensiones y contribuyó al estallido de las protestas.
Sobre el papel de RT, Luna advierte que todos los medios tienen una ideología política y que la cobertura de los medios rusos refleja su tendencia a criticar a los gobiernos no alineados con sus intereses. Aunque el canal fue retirado del aire en Ecuador, su presencia en redes sociales y páginas web mantiene su influencia en la región.
La salida del aire de RT en Ecuador no tuvo un impacto significativo en su capacidad de influir en la opinión pública, ya que su presencia en redes sociales y su página web siguen siendo accesibles. En contraste, en Europa, los contenidos de RT han sido bloqueados tanto en canales analógicos como en plataformas digitales, como parte de las sanciones por la desinformación durante la guerra en Ucrania.
En Latinoamérica, RT sigue siendo una herramienta clave para cuestionar a los gobiernos que no son de su agrado y para posicionar mensajes en contra de EE.UU., el FMI, y la dolarización. En un país como Ecuador, donde la violencia ha aumentado por múltiples factores, RT ha lanzado campañas que culpan a la dolarización como la causa principal del narcotráfico, siguiendo la línea de propaganda del gobierno ruso.
El presidente ruso Vladimir Putin, que ha gobernado su país por casi 30 años, ha consolidado un régimen autoritario donde medios como Russia Today (RT) funcionan como un ministerio de defensa en la guerra de la información. Para Rusia, la cobertura de las protestas en Ecuador forma parte de su estrategia para posicionar sus intereses y desestabilizar las democracias en la región.
Las democracias enfrentan nuevos desafíos, como advierte el politólogo español Manuel Alcántara. Entre los síntomas del agotamiento democrático se encuentran el descontento generalizado, la frustración por la falta de oportunidades y la pérdida de organizaciones políticas que representen a los ciudadanos. En Ecuador, la situación es crítica, con una creciente desilusión entre la población joven, que ve pocas esperanzas en el futuro.
Durante las protestas de 2019 y 2022, RT amplificó los mensajes de sectores políticos que buscaban deslegitimar al gobierno ecuatoriano, mientras Sputnik Mundo daba voz a figuras del Socialismo del Siglo XXI para criticar las políticas económicas. Según el experto Vladimir Rouvinski, la estrategia de Rusia es explotar las diferencias internas para crear divisiones y debilitar a las democracias en la región.
A diferencia de China, que tiene recursos para ofrecer créditos e inversiones en América Latina, Rusia se ha especializado en el uso de su maquinaria de propaganda y desinformación para promover sus intereses.
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