En un caso que ha generado conmoción en el país, tres policías en servicio activo, incluidos un subteniente y dos cabos segundos, fueron detenidos en Guayaquil por su participación en un secuestro extorsivo. Estos agentes formaban parte del grupo criminal Los Tiguerones, conocido por su actividad delictiva en el noroeste de la ciudad. Este caso pone de manifiesto la creciente infiltración de las bandas criminales en las filas policiales, un problema que ha escalado peligrosamente en lo que va del año.
El secuestro ocurrió el 19 de agosto de 2024, cuando una familia fue interceptada por lo que parecía ser un operativo rutinario de la policía. Mientras salían del parque California, una zona industrial al norte de Guayaquil, fueron detenidos por tres agentes que, con cascos, chalecos y uniforme oficial, les informaron que su vehículo estaba involucrado en un secuestro. Alegando que debían acompañarlos al cuartel policial, los delincuentes llevaron a la familia hacia la zona de Socio Vivienda.
Sin embargo, en lugar de cumplir con su deber, los agentes trasladaron a la fuerza a la madre y a su hija a otro vehículo con rumbo desconocido, abandonando al padre en la vía. Poco después, los secuestradores comenzaron a exigir un rescate de un millón de dólares al padre de familia, amenazando con no liberar a sus seres queridos si no cumplía con sus demandas.
El comandante general de la Policía Nacional, Víctor Zárate, informó que tras la denuncia del padre, la Unidad Antiextorsivos (Unase) inició una investigación urgente. Un día después del secuestro, la Unase llevó a cabo cuatro allanamientos, logrando ubicar a las dos mujeres secuestradas en una vivienda de Flor de Bastión, un barrio del distrito de Nueva Prosperina. En la operación, se detuvo a siete individuos, entre ellos los tres policías involucrados.
¿Quiénes son los policías detenidos?
- Un subteniente con dos años de servicio, quien ocupaba una posición de liderazgo dentro de la banda.
- Un cabo segundo con ocho años en la institución, que ya había sido sancionado previamente por evasión en un caso relacionado con un detenido.
- Otro cabo segundo de 36 años, que también formaba parte activa del secuestro.
Durante los allanamientos, las autoridades incautaron prendas policiales, armas de dotación, dos vehículos, 13 celulares y dos motocicletas de la institución, evidencias que vinculan directamente a estos policías con el delito.
El general Zárate reveló que, hasta agosto de 2024, 381 policías han sido dados de baja o enfrentan sumarios administrativos por su participación en actividades delictivas o por conductas inapropiadas, incluidas conexiones con bandas criminales. Estos casos reflejan una problemática grave dentro de la Policía Nacional, donde el crimen organizado ha logrado infiltrarse, comprometiendo la seguridad y confianza en la institución.
Zárate enfatizó que la Policía Nacional, en coordinación con el Ministerio del Interior, está trabajando para fortalecer la integridad dentro de la fuerza y recuperar la confianza de la ciudadanía, especialmente en áreas críticas como Nueva Prosperina. El caso de los tres policías secuestradores es solo uno de los muchos desafíos que enfrenta la institución, incluyendo la reciente polémica donde un capitán fue captado en una fiesta junto a líderes mafiosos.
Comments are closed