Una localidad en la provincia de Azuay, Ecuador, ha sido escenario de una creciente violencia debido al control de sus minas de oro. El grupo criminal Los Lobos, en alianza con el Tren de Aragua, bandas colombianas, y traficantes de armas peruanos, ha tomado el control de estas minas a través de una ola de extorsiones, secuestros y asesinatos. Estas organizaciones transnacionales manejan la extracción y exportación de oro, generando millones de dólares y transformando la economía del crimen en la región.
El 13 de agosto de 2024, cinco hombres fueron brutalmente asesinados en Ponce Enríquez, tres de ellos fueron decapitados y uno calcinado. Los fallecidos eran miembros de una facción disidente de Los Lobos, conocida como Lobos Box, procedentes de la provincia de El Oro, que disputa el control de la zona con la estructura central de Los Lobos.
Ponce Enríquez es estratégico debido a su proximidad con el puerto de Guayas y los corredores clandestinos de armas en la frontera con Perú. En esta región, se extrae aproximadamente el 30% del oro del país, gran parte de manera legal. Sin embargo, Los Lobos se han apoderado de concesiones mineras legales, despojando a los dueños legítimos mediante amenazas y asesinatos.
Desde la pandemia, Los Lobos han expandido su influencia, aprovechando el asesinato del líder de Los Choneros, Jorge Luis Zambrano (alias Rasquiña), para diversificar sus operaciones criminales, incluyendo la explotación de minas de oro y extorsiones a empresas mineras formales.
Para 2023, Los Lobos consolidaron su control en la región con alianzas internacionales, extendiendo sus operaciones hasta Colombia y Perú. Su estructura criminal, conformada por un brazo armado, uno operativo y otro de seguridad, ha permitido que generen ingresos mensuales superiores a 3,6 millones de dólares, gran parte de estos fondos destinados al mando central de Los Lobos en El Oro.
La violencia ha escalado en 2024, tras la declaración del Conflicto Armado No Internacional por el gobierno ecuatoriano. La captura de Vicente Angulo, uno de los líderes de Los Lobos en Ponce Enríquez, desató una lucha interna por el control del territorio, enfrentando a la estructura central de Los Lobos con la disidencia de Lobos Box.
La lucha por el control del oro ha convertido a Ponce Enríquez en un campo de batalla donde la violencia extrema se ha vuelto común. En lo que va del año, ya se cuentan por decenas las muertes y secuestros relacionados con este conflicto. Los enfrentamientos entre facciones rivales y la infiltración de sicarios colombianos han elevado la tensión, mientras las fuerzas de seguridad intentan recuperar el control del territorio en colaboración con sus homólogos de Colombia y Perú.