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DESNUTRICIÓN CRÓNICA INFANTIL REVELA BRECHAS DE EQUIDAD EN ECUADOR, SEGÚN LA OPS

Uno de cada cinco menores de dos años en Ecuador sufre desnutrición crónica infantil, una situación que refleja profundas brechas de equidad en el país, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Estos datos revelan disparidades significativas basadas en etnicidad, ubicación geográfica y situación socioeconómica de las madres, evidenciando un problema crucial para el desarrollo integral de los niños y niñas.

Desigualdades Marcadas por la Etnia y el Nivel Educativo

Sonia Quezada, representante de la OPS en Ecuador, destacó que la desnutrición crónica no solo afecta el presente de los menores, sino también su futuro potencial. Daniel Antiporta, asesor de la OPS, añadió que la tasa nacional del 20,1% oculta desigualdades significativas. Entre las poblaciones indígenas, el índice alcanza el 33,4%, mientras que en la población mestiza se reduce a 19,2%, según la Encuesta Nacional sobre la Desnutrición Infantil (ENDI) 2023.

El nivel educativo de las madres también juega un papel crucial. Antiporta señaló que en familias donde las madres no tienen educación formal, la tasa de desnutrición crónica asciende al 26,3%. En contraste, cuando las madres tienen educación superior, la tasa disminuye a un 12,7%.

Impacto Económico y Social

La desnutrición crónica infantil representa una carga económica significativa para el Estado ecuatoriano, costando alrededor del 4,3% del Producto Interno Bruto (PIB) anual en gastos relacionados con salud, educación y pérdida de productividad. Antiporta explicó que la inversión en el desarrollo infantil tiene un alto retorno económico, estimado en 17 dólares por cada dólar invertido, superando los beneficios de infraestructuras públicas como puentes y carreteras.

Una Estrategia Esencial para el Desarrollo

El asesor de la OPS enfatizó que abordar la desnutrición infantil es una estrategia fundamental para mejorar la productividad y el desarrollo económico y social del país. La inversión en la primera infancia no solo tiene un impacto inmediato en la salud de los menores, sino que también sienta las bases para un futuro más próspero y equitativo para Ecuador.

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