La barcaza de generación eléctrica de la empresa turca Karpowership, que estaba programada para iniciar operaciones este lunes 26 de agosto, no pudo hacerlo debido a un inesperado retraso en su ubicación operativa. Este proyecto forma parte de los esfuerzos del Ecuador para suplir el déficit de 1.080 MW en la generación de energía eléctrica.
Retraso en la Operación
La barcaza, con una capacidad instalada de 100 MW, estaba inicialmente ubicada frente a la subestación eléctrica Las Esclusas, en el sur de Guayaquil. Sin embargo, las fuertes corrientes la desplazaron aproximadamente 3 kilómetros hasta una zona de bombeo, lo que impidió que iniciara sus operaciones como estaba previsto.
Ahora, se están implementando medidas preventivas para asegurar que la barcaza permanezca en su ubicación correcta durante la operación y evitar futuros desplazamientos que puedan afectar su rendimiento. A pesar de este contratiempo, los trabajos y las pruebas de conexión al Sistema Nacional Interconectado (SNI) continuarán mientras se procede a regresar la barcaza a su posición operativa.
Una Solución Temporal a la Crisis Energética
La barcaza, denominada Emre Bey, estará en Ecuador por un periodo de 18 meses, hasta 2026, como parte de las soluciones emergentes para hacer frente a la crisis energética del país. El arrendamiento de este equipo tiene un costo aproximado de 115 millones de dólares, una medida que, aunque costosa, se considera necesaria. Según Roberto Aspiazu, presidente ejecutivo de la Cámara de Energía del Ecuador, la falta de energía eléctrica sería aún más costosa para el país.
El déficit de generación eléctrica se ha convertido en un problema crítico para Ecuador, especialmente tras los apagones que afectaron al país a inicios de este año. Durante esa crisis, el entonces ministro de Energía, Roberto Luque, estimó que cada hora de apagón costaba al país 12 millones de dólares, con cortes de luz que se extendían por más de 12 horas diarias.
Perspectivas
A medida que se solucionan los problemas técnicos, la expectativa es que la barcaza Emre Bey pueda finalmente empezar a operar y aliviar parte del déficit energético del país, proporcionando una solución temporal mientras se desarrollan alternativas más sostenibles a largo plazo.