En lo que va de 2024, la provincia de Tungurahua ha experimentado un aumento significativo en las muertes violentas. Hasta ahora se han registrado 29 casos, casi alcanzando el total de 32 reportados durante todo el año pasado. En los últimos cuatro años, 2022 se destacó como el más violento con 41 crímenes, lo que ha generado una creciente preocupación entre ciudadanos y autoridades.
De las 29 muertes violentas registradas este año, 21 han sido clasificadas como asesinatos, cuatro como femicidios y cuatro como homicidios, según datos de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Extorsión y Secuestros (Dinased). Los incidentes han involucrado el uso de armas cortopunzantes en ocho casos y armas de fuego en catorce.
Uno de los casos más impactantes ocurrió la madrugada del 1 de septiembre en el suroriente de Ambato, donde dos hombres en motocicleta dispararon en tres ocasiones contra un joven de 24 años. La víctima, que había recibido amenazas de extorsionadores exigiéndole USD 60.000, estaba en una fiesta en honor a la Virgen del Cisne. La víctima deja a su esposa embarazada y sus familiares nunca denunciaron las amenazas debido a la falta de recursos.
Otro caso alarmante se produjo en el barrio Reina de Tránsito, en el cantón Cevallos, donde un hombre fue encontrado con 32 impactos de bala. La víctima, de entre 30 y 35 años, fue descubierta en la quebrada Pachanlica por agricultores. La subteniente María José Veintimilla confirmó que la identidad de la víctima aún no ha sido establecida y la causa de la muerte está bajo investigación.
El coronel Fabricio Silva, jefe de la Subzona de Policía de Tungurahua, indicó que la mayoría de los asesinatos en la provincia están relacionados con el microtráfico. Esta conexión entre la violencia y el comercio de sustancias ilícitas plantea un desafío complejo para las autoridades locales en su esfuerzo por controlar el aumento de la violencia en la región.