La beluga conocida como Hvaldimir, que había sido objeto de numerosas especulaciones y sospechas de espionaje, fue encontrada muerta el pasado fin de semana en el suroeste de Noruega. Según informaron el miércoles 4 de septiembre dos organizaciones noruegas de defensa de los animales, NOAH y One Whale, el cetáceo fue abatido a tiros. Ambas organizaciones han presentado una denuncia ante la policía noruega para que se inicie una “investigación criminal”.
Hvaldimir, un cetáceo blanco joven y en aparente buen estado de salud, fue hallado sin vida el sábado frente a la costa suroeste, cerca de Risavika. Sus restos fueron transportados el lunes al Instituto Veterinario Noruego para una autopsia, cuyos resultados se prevé que estén disponibles en aproximadamente tres semanas. Regina Crosby Haug, directora de One Whale, declaró a la agencia AFP que el cetáceo presentaba múltiples heridas de bala, lo que ha generado gran preocupación.
Crosby Haug, quien ha seguido de cerca los movimientos de Hvaldimir desde que el animal se convirtió en una figura conocida en Noruega, describió las heridas como alarmantes y de una naturaleza que no descarta la posibilidad de un acto criminal. Por su parte, Siri Martinsen, líder de NOAH, enfatizó en un comunicado la necesidad de una pronta intervención policial ante la sospecha de un acto criminal.
Hvaldimir fue avistado por primera vez en abril de 2019 en la región ártica de Finnmark, en el extremo norte de Noruega. En ese momento, llevaba un arnés inusual alrededor de la cabeza, equipado con una base para una pequeña cámara, con el texto “Equipment St.Petersburg” impreso en inglés en las correas de plástico. Este hallazgo desató una serie de conjeturas sobre la posibilidad de que el cetáceo estuviera siendo utilizado como espía por parte del gobierno ruso. Este enigmático equipo y el nombre de Hvaldimir, una combinación de la palabra noruega para ballena (hval) y el nombre del presidente ruso Vladimir Putin, avivaron aún más las especulaciones sobre la conexión del cetáceo con actividades de espionaje.
La muerte de Hvaldimir ha conmocionado a la comunidad local y a los defensores de los animales, que ahora exigen respuestas sobre las circunstancias de su fallecimiento y la posible implicación de un acto de violencia premeditado.
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