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DOS EXPORTADORAS DE BANANO CON TRAYECTORIA, CLAVES EN EL ESQUEMA DE LA MAFIA ALBANESA

El caso “Pampa” ha revelado conexiones cruciales entre dos empresas bananeras ecuatorianas, Sentilver y Damascoswett, y Dritan Gjika, un líder de la mafia albanesa en Ecuador. La vinculación surgió gracias a un ciudadano argentino-italiano radicado en Marbella, detenido en febrero de 2024.

Las dos empresas, fundadas en 2008, cuentan con un largo historial de exportaciones, pero su implicación en una red de lavado de dinero y narcotráfico ha causado conmoción en el sector. Ambas habrían facilitado el envío de contenedores de banano contaminados con cocaína a Europa, según investigaciones del caso.

Sentilver y Damascoswett comenzaron a atraer atención debido a su relación con la familia Sánchez Rinaldi, de origen argentino-italiano, quienes figuran como accionistas y administradores de las compañías. Mario Sánchez Rinaldi, señalado como pieza clave, junto con su hermano Walter y otros familiares, enfrentan investigaciones tanto en Ecuador como en España.

Las investigaciones revelan que las dos empresas actuaban no solo como exportadoras de banano, sino que también participaban en el esquema de lavado de dinero de la mafia albanesa. De acuerdo con la documentación del caso “Pampa”, Sentilver y Damascoswett exportaron, al menos, 10 contenedores contaminados con droga hacia Europa, lo que ha puesto a estas empresas en el centro del escándalo.

A pesar de las investigaciones, ambas empresas continuaron operando hasta 2022 y 2023 respectivamente. En ese período, realizaron más de 4.000 embarques de banano, principalmente hacia Estados Unidos, pero también hacia Albania, a través de la empresa Alba Exotic Fruit, también investigada por narcotráfico.

El crecimiento de las exportaciones de banano ecuatoriano a Albania desde 2016, con un pico en 2021, coincide con el incremento de los envíos contaminados a Europa, y con la creciente influencia de la mafia albanesa en el comercio bananero.

Uno de los mayores decomisos asociados a estas exportadoras ocurrió en el puerto de Rotterdam, en agosto de 2020, donde las autoridades encontraron 1.100 kg de cocaína en un contenedor enviado por Sentilver. Este hallazgo marcó un punto de inflexión en las investigaciones, exponiendo las técnicas de los narcotraficantes para distribuir droga en pequeñas cantidades a través de múltiples contenedores, con el objetivo de evitar sospechas.

La magnitud de la operación de Sentilver y Damascoswett en el lavado de dinero y tráfico de drogas ha desatado una serie de auditorías y detenciones que afectan a varias naciones, incluyendo Ecuador, España y Albania.

Este caso pone en evidencia la creciente utilización de las exportaciones legales para fines ilícitos, y el impacto de las redes criminales en el comercio internacional.

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