El líder opositor, considerado presidente legítimo por varios gobiernos latinoamericanos y Estados Unidos, se refugió en la embajada española antes de obtener un salvoconducto que le permitió su salida del país.
El 7 de septiembre de 2024, la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, confirmó que el opositor Edmundo González Urrutia, principal figura de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), abandonó Venezuela rumbo a España. Según Rodríguez, la salida de González Urrutia se produjo tras recibir un salvoconducto concedido “en aras de la tranquilidad y la paz política”, después de haber estado varios días refugiado en la Embajada de España en Caracas.
“El ciudadano opositor Edmundo González Urrutia, tras solicitar asilo político al gobierno español, ha partido del país este 7 de septiembre”, anunció Rodríguez en su cuenta de Instagram, añadiendo que se mantuvieron “contactos pertinentes” entre los gobiernos de Venezuela y España, y que la operación se llevó a cabo “en apego a la legalidad internacional”.
Edmundo González, quien ha sido reconocido por varios gobiernos como presidente electo de Venezuela, abordó un avión de las Fuerzas Aéreas españolas con destino a Madrid, como confirmó José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores de España, a través de la red social X (anteriormente Twitter).
La salida de González Urrutia ocurre en medio de una grave crisis política en Venezuela. Tras las controvertidas elecciones del 28 de julio de 2024, en las que el Consejo Nacional Electoral proclamó la reelección de Nicolás Maduro, la oposición alegó fraude. La Plataforma Unitaria Democrática afirmó que su candidato, González Urrutia, había ganado las elecciones, respaldada por el 83,5 % de las actas electorales, las cuales el gobierno de Maduro calificó como “falsas”.
Durante semanas, González Urrutia estuvo “bajo resguardo” en Caracas, según declaraciones previas de Maduro, quien indicó que el opositor se encontraba en una casa de una zona acomodada de la capital venezolana, preparando su salida del país. La oposición aún no se ha pronunciado oficialmente sobre el exilio de su líder.
Este hecho marca un nuevo capítulo en la prolongada lucha entre el chavismo y la oposición en Venezuela, con repercusiones que podrían influir en la relación del país con la comunidad internacional, especialmente en América Latina y Europa.