El presidente Daniel Noboa ha señalado a los anteriores gobiernos como responsables de la crítica situación energética en Ecuador, luego de que se confirmara el inicio de nuevos apagones. “Nos dejaron jodidos”, afirmó Noboa durante un evento en Jipijapa el 17 de septiembre, refiriéndose a la falta de soluciones para el sistema eléctrico del país. Estos apagones están previstos para durar ocho horas por la noche y afectarán a varias provincias del territorio nacional.
A pesar de los anuncios, tanto el presidente como su ministro de Gobierno, Arturo Félix, habían negado rotundamente la posibilidad de cortes eléctricos. El 9 de septiembre, Félix aseguró que no habría apagones, mientras que Noboa anunciaba medidas paliativas, como la cobertura de 180 kilowatts de electricidad para los hogares durante los meses de diciembre, enero y febrero.
Sin embargo, la realidad se impuso el 15 de septiembre, cuando la Presidencia emitió un comunicado anunciando “mantenimientos preventivos” al sistema eléctrico. Dos días después, se confirmó que los apagones continuarán la próxima semana, desatando preocupaciones sobre las implicaciones comerciales, económicas y de seguridad que estos cortes podrían generar.
Noboa ha sido claro en responsabilizar a los gobiernos anteriores por la crisis actual. Según el mandatario, las promesas incumplidas y la falta de inversiones a largo plazo han agravado la situación. Durante su intervención en Jipijapa, donde fue ovacionado con gritos de “reelección”, Noboa afirmó que, a diferencia de sus predecesores, él se asegura de cumplir sus promesas.
La crisis energética, que se ha intensificado desde 2023, no es un problema nuevo. Las hidroeléctricas construidas durante el mandato de Rafael Correa no han sido suficientes para cubrir la creciente demanda, y las termoeléctricas se encuentran en estado obsoleto. A esto se suma que las inversiones privadas abiertas durante el gobierno de Lenin Moreno no han logrado estabilizar el sistema.
Ante la falta de soluciones inmediatas, el Gobierno de Noboa ha recurrido a medidas de emergencia. Entre ellas, la contratación de motores y el alquiler de una barcaza turca para aumentar la generación de energía. También se prevé la compra de hasta 1.200 megavatios adicionales para enfrentar el déficit. Sin embargo, estas acciones han sido insuficientes para frenar los cortes de luz.
La gravedad de la crisis ha forzado al Ejecutivo a adoptar medidas adicionales, como la imposición de toques de queda en las provincias más violentas, en un intento por controlar el impacto de los apagones en la seguridad ciudadana.
En resumen, la crisis eléctrica que golpea a Ecuador es el resultado de años de negligencia y falta de planificación en el sector energético. Aunque Noboa se esfuerza por tomar medidas urgentes, el camino hacia una solución definitiva parece estar aún lejos de ser alcanzado.